38. Hilos sueltos

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Borro lo que tengo escrito y dejo el espacio para tener le apunte bien. Mis pensamientos aún no se alejan del mensaje que recibí hace unos minutos lo que no me permite concentrarme. "M" en serio me saca de quicio, me saca más confusiones que respuestas. El mensaje lo puedo tomar de manera forma literalmente literal. Una persona cerca (hablando de cercanía de distancia) está fingiendo o una persona que yo conozca es quien está fingiendo...pero la última opción es casi imposible, no conozco personas —que me interesen—que me puedan dañar o estar fingiendo u ocultando algo. La familia de Chloe está completamente descartados, ellos por ningún motivo pueden ser. Los hermanos Parks son unos demonios andantes pero no son malos no dañarían a alguien por que sí. Mi padre sé que me oculta cosas sobre mí pero sé que lo está haciendo por mi bien. Sebastián, no lo creo ni siquiera estoy con él las mayoría de las veces. Claudia, me rio tan solo pensarlo, es una gran persona y la única que me ha apoyado en tiempos de crisis. Y Will, no lo conozco a fondo, conviví m infancia con el pero las personas cambian al creer pero a pesar de eso, me ayudado con todo es de la investigación, a arriesgado su trabajo no informándole a mi padre...aunque eso no estoy cien por ciento segura...pero si fuera así, ya estaría en un vuelo a un internado. Pero desde que llego él, todo esto empezó, me dice mi subconsciente...

Recojo mis cosas cuando el timbre suena dando la hora de salida. El profesor se despide deseándonos un lindo día, algunos le contestan y otros ya están saliendo con mochila en la espalda o solo con Tablet en la mano. A trompicones llego a mi casillero para guardar la Tablet—que es propiedad de la escuela— y sacar la muda de ropa para ir al taller de Rick. Mientras guardo la ropa a mi mochila, tocan mi hombro para llamar mi atención.

—Te mandan esto—un chico me tiende una hoja doblada, la recibo en las manos y extrañada preguntándome quien me lo habrá mandado pero el chico ya ha desaparecido. Arrugo la nota para lanzarla al casillero pero algo brilla en el que llama mi atención. Lo desdoblo y mi corazón da un vuelco al terminar de leerla.

Vamos, vamos ya me aburrí, quiero jugar al escondite ir. Si logras adivinar sabrás lo que soy: Entre las ramas de un árbol este pero es más común encontrarla en tierra, donde siempre vamos a descansar.

Busco a la chico pero ya se perdido entre marea de adolescentes que corren hacia la salida. Mi corazón late de prisa y manos tiemblan al saber que "M" puede estar muy cerca. Mi cabeza gira de un lado a otro pero nada parece fuera de lo común. Chicos riendo por alguna tontería. Chicas que caminan en grupos hacia la salida, platicando que harán en sus vacaciones. Nadie se percata de que estoy por sufrir un colapso nervioso y estoy aterrada a pesar de que estoy rodeada de gente para mí eso no significa nada. Se me corta la respiración y doy un paso hacia atrás chocando contra mi casillero al distinguir una inconfundible chamarra negra que me alerta, la figura se gira a tiempo antes de pueda ver su rostro. Y apareciera que nadie lo nota y pasa como si nada entre la gente. Mi cuerpo reacciona y sigue a la figura encapuchada y medida que avanzo voy ganando valor y apresuro el paso. Se me dificulta seguirle el paso y no perderlo de vista al ir en dirección contraria que todos. Estoy tan concentrada en no perderlo de vista que paso empujando a los de mí alrededor, divagando una débil disculpa que apenas logro escuchar yo. Me detengo al verlo recargado en una pared muy tranquilo como si estuviera muy seguro que no lo alcanzare. Retomo mi caminata con más deprisa.

—Libby...—choco con un fornido pecho al no darme tiempo de detenerme.

—Ahora no—lo esquivo y me pongo de nervios al ver que la figura retoma su marcha.

—Elizabeth...—me detiene tomando mi antebrazo entre su mano.

—En serio, ahora no, Chase—camino deprisa cuando lo diviso de nuevo. El coraje es mucho asi que el momento que jalo de su brazo lo hago con brusquedad.

No Confies En NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora