17. Llamado

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Al darle play en la cámara no se ve con claridad se mueve demasiado y no se enfoca en algo. La cámara graba hacia abajo y se ven unas botas de mujer bajando unas escaleras.
Alza la cámara y se logra ver a un hombre trabajando con material de laboratorio, mezclando químicos y haciéndolos pasar por unos tubos hacia otro recipiente.
Acerca la cámara hacia lo que está haciendo el señor y luego lo enfoca a el. Sus cejas se juntas un poco concentrándose en lo que está haciendo. Sus ojos azules al fin se alzan y su mirada cae en cámara y su ceño se frunce aún más. Rasca su barba castaña con una pequeña sonrisa en su rostro.

A aquel gesto hace algo en mí. Un sentimiento tan grato que pensé jamás sentir como si aquel gesto lo hubiera visto un centenal de veces y aun así me emocionara verle.

La cámara pasa de él y se dirige hacia otra parte del laboratorio. Y se detiene donde tienen a unos conejos y ranas encerrados en cajas de cristal. La mujer presiona dos veces la esquina superior derecha y se deja ver unas letras y demás cosas que no logro entender.

—Sujeto aprueba con la formula E-78. El sujeto muestra inestabilidad de sueño y su ritmo cardiaco ha aumentado y se ha mantenido así desde hace 5 horas. La fórmula E-78 no ha hecho total efecto después de 8 horas de a ver inyectado en su sistema y no ha mostrado otras anomalías veremos que suceden en las próximas horas—se ve un conejo negro que se mueve de un lado a otro ansioso y queriendo salir de su guaja. —sujeto a prueba con la formula R-27. El sujeto muestra...—ahora se muestra un hámster que esta tieso y estirado como si hubiera muerto después de una larga siesta y hubiera queriendo estirarse una última vez pero se quedó a medias— que la formula R-27 no funciona—dice con desgana.

Que están buscando. ¿Por qué hacen esas fórmulas?

—Horacio—llama la mujer. —no dio resultados la formula R-27—la cámara se mueve con rapidez cuando se pone sobre algo apuntando hacia los estantes de animales enjaulados y se ve al fin quien está detrás de la cámara y es una mujer de cabello negro y largo, que igual trae puesto una bata blanca.

—¿ya tienes el informe? —pregunta Horacio.

—si solo me faltaban esos dos—la mujer abre al hámster para analizarlo. No veré eso.

—ya no tarda en venir—bufa Horacio.

—Ni me lo recuerdes. Antes debo ir por Lizy. No me gusta que ese hombre esté cercas de ella — la cámara se enfoca en lo que está haciendo con el pobre hámster.

Lizy...

Mis ojos se humedecen al saber a quienes he visto en la pantalla. La cinta se congela pero no digo nada. Ellos son mis padres biológicos...

Tantas veces soñé sus rostros tantas veces que me esforcé por quererlos recordar y ahora los tengo enfrente de mí, no personalmente porque algo que he tenido claro es que mis padres ya no están aquí. Ellos no me abandonaron, me los arrebataron de mi lado.

—Elizabeth... ¿estás bien? —se acerca para limpiar una lagrima de mi mejilla pero me aparto antes. Me levanto del suelo y doy vueltas por la habitación. —Creo que mejor me voy— igual se levanta de su lugar abriendo la puerta. No lo detengo porque la verdad necesito estar sola no quiero hablar de esto con él.

Cuando la puerta se cierra detrás de él, agarro de nuevo la cámara. Le doy play de nuevo para regresarlo.

Y de nuevo ahí los veo mis padres. Ahora sé que mi padre se llamaba Horacio. ¿Horacio qué? ¿Cuál será mi apellido de verdad?

Tengo los ojos de mi padre. Un azul zafiro brillante. Y también he sacado su cabello rizado aunque no tanto como él los tiene, el mío es más quebrado aunque eso tiene justificante casi la mitad de mi vida—de la que recuerdo— he tenido mi cabello demasiado corto. El color de mi cabello lo he sacado de mi mamá. Un negro tan oscuro como la oscuridad. Ella lo tiene largo y lacio hasta la cintura a pesar que lo tiene amarrado en una coleta alta. Por una razón me hace recordar a Rapunzel aunque sé que esta tiene el cabello rubio.

No Confies En NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora