62. Detrás de la pared

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—Mierda —mascullo de mal humor al ver que he derramado el jugo en el suelo.

Mientras limpio rápido el suelo miro el reloj y suelto otra maldición.

Miro la cocina donde he hecho un desastre tratando de preparar un desayuno decente.

¿Por qué papá abra tenido la grandiosa idea de despedir a todos?

En serio extraño demasiado a Claudia si ella estuviera aquí ya me hubiera echado bronco por a ver ensuciando la cocina en vano ni hablar de la reprimida que me hubiera llevado al recordarme que he incendiado la cocina anteriores veces todo eso mientras estuviera cocinando un rico omelet como solo ella los sabe hacer.

Rayos tampoco debí a ver permitido que me negaran cocinar, ahora no sé qué voy hacer para en futuro. Que inútil me siento.

Pongo un poco de fruta y yogurt en un toper al ver que no tendré tiempo de desayunar y por extraño que parezca lo últimos días mi estómago a exclamo a gritos comida a lo largo del día.

Recojo mi mochila de la silla y casi corriendo me dirijo a la entrada.

Si corro a la esquina alcanzo el autobús de las 6:30

En el momento que mi mano presiona el botón, una pequeña descarga eléctrica me hace saltar hacia atrás y doy un pequeño grito de susto.

Salida denegada

Sale la voz mecánica y femenina del aparador.

—¿Qué rayos? —suelto con enfado.

Presiono de nuevo el botón y de nuevo la electricidad recorre mi cuerpo con rapidez. En seguida aparece un Holograma de mi padre.

—¿porque no puedo salir? —pregunto confundida.

—¿A dónde piensas ir?

—Al colegio—contesto con obviedad y confusión. —Debo de irme más temprano para llegar a tiempo. Ahora que no está Sebastián debo de tomar el autobús—digo con un deje de reproche.

—Hoy no asistirás al colegio. A las ocho tendrás cosas que hacer en casa. Sera mejor que descanses más.

—¿Qué cosas debo de hacer?

El me mira y desaparece de la nada si agregar nada más.

Miro confundida el sitio donde anteriormente se encontraba el holograma. Suelto un bufido sonoro y camino hacia la salida del jardín. Intento abrir las puertas corredizas pero están atoradas.

Buen intento.

Habla el aparato aunque sé que solo sigue instrucciones pareciera que se está burlando de mí.

Después de media hora de intento de abrir ventanas, puertas, buscar salidas y buscar herramientas para manipular la configuración pero nada, nada de nada había servido. Todas las ventanas y puertas están cerradas y aseguradas; las herramientas que tenía en mi closet me las ha confiscado ayer al parecer ya que ha sido el único día que ha entrado a mi habitación o eso quiero creer. Además también ha puesto seguridad en la sala de prueba para que no pudiera sacar nada.

No puedo creer que me haya encerrado en casa. ¿Si ocurre algo malo como rayos voy a salir?

Resignada a que no saldré hasta que llegue mí padre que será al menos como las ocho, camino hacia la cocina para limpiar el desastre que he hecho.

Molesta recojo todos los trastes de la isla para ponerlo en el fregadero. Limpio la isla y trapeo y barro para que todo quede como lo encontré.

No entiendo porque lo ha hecho.

No Confies En NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora