50. Hola, Mandy

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No sé en qué momento paso pero de un segundo a otro estábamos en el piso, a mitad de corredor. Me quejo al caer y choco con la cabeza de Will. Los dos comenzamos a reírnos. Al parecer Will recargo su mano en el botón para abrir la puerta y ¡zas! Al piso fuimos a dar. El está por besarme de nuevo pero unos niños nos observan para después aparecer su mama y echarnos bronca. Se mete la señora de nuevo a su departamento con los niños delante, nosotros en cambio solo podemos reírnos de lo gracioso y vergonzoso que fue eso.

Will se quita encima de mí y me ayuda a levantarme. Ambos seguimos riendo hasta que nuestras risas cesan pero en nuestros labios aún se percibe la sonrisa.

Esta por hablar. Cuando mi teléfono suena interrumpiendo el momento.

En la pantalla veo el nombre de Chase. Dejo que pase la llamada y en seguida me llegan mensajes de él diciéndome que mi padre me busca y es urgente que conteste.

—Tengo que irme—hablo.

— ¿quieres que te acompañe a la salida?

—No, así estoy bien. Tengo que regresar la llamada. Nos vemos, Will—me apresuro a salir y bajar las escaleras.

Le mando un mensaje que estoy bien y que ya voy para mi casa.

Pero él no se conforma con eso y me marca.

—¿Elizabeth, estas bien? ¿Dónde estás?

—Ya te dije que estoy bien. Voy para mi casa.

—Es que acaso no piensas. Tu padre me dijo que estabas muy enferma y que no puedes salir de casa y me marca hoy preguntándome por ti sino te había visto.

—Estoy bien.

—¿Elizabeth...?

—Adiós tengo que colgar.

***

—Eso es todo por hoy—retira la jeringa de mi brazo y me pone un pequeño curita.

—¿Cuánto más tenemos que hacer esto?

—hasta que tu organismo se estabilice—me responde. —Y por favor Elizabeth, no vuelvas a salir así de casa y menos solo para merodear por ahí —me acusa con la mirada pero luego suaviza. —Es por tu bien.

—Nos vemos pronto.

—Espero que no tan pronto—respondo yo despidiéndome de Susan, ella niega con la cabeza sonriendo y se marcha dejándome sola en la habitación.

Salgo de la habitación y me escabullo a la cocina para picar algo de comida pero no hay nada preparado. Eso me parece extraño. Siempre hay algo de comer en esta casa de eso no hay ninguna duda.

Busco a mi padre porque él quería hablar conmigo. Aunque no sé para que si ya le "explique" lo que había pasado. Lo convencí diciéndole que había salido a pensar un poco y me había dado una vuelta por casa de Chloe aunque no había entrado —por si acaso que le llamara— dejo el tema por la paz y me mando hacerme el estudio con la doctora.

No lo encuentro en la oficina ni en la sala de prueba lo más probable es que este en su trabajo.

Subo de nuevo a mi habitación. La encuentro un poco desordenada y comienzo a limpiar. Recojo la ropa que tengo tirada y la llevo al cesto. Pero otra cosa extraña encuentro aquí. Al intentar abrir el cesto de ropa sucia— que esta lleva directamente la ropa a la lavandería que tenemos—no me deja abrirla. Es como si estuviera atorada. Resoplo con frustración y junto mi ropa que debo de llevar y bajo a la lavandería, que está en la parte del sótano.

En la parte del sótano es una planta completa. No solo esta aquella habitación que le tengo tanto pavor sino que abajo se encuentra, la lavandería. Un gimnasio—donde solía entrenar Jack—un área de videojuegos...igual a petición de Jack. No me llaman la atención esos juegos y las pocas veces que "jugaba" Jack me "enseñaba", porque en realidad lo único que hacía era verlo jugar mientras me explicaba como hacia las jugadas...tal vez es por eso que perdí el interés en aprender.

No Confies En NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora