76. Una pequeña mentira

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Me despierto al escuchar un pequeño sonido molesto que no para de sonar.

Abro mis ojos buscando el origen. Mis ojos se percatan de una pequeña luz en mi muñeca donde se puede ver uno de los números de la serie de registro que tengo. Paso mi dedo por la luz y enseguida aparece un holograma con un mensaje

"Pasare por ti. Te veré a dos calles atrás, es un Audi negro. Papá. "

Al parecer mi registro ya está listo para ocuparse.

Tiendo rápido la cama, me pongo mi chamarra y salgo de la casa en silencio, no atreviéndome voltearme a verla una última vez.

Camino por la parte de atrás, hasta llegar a la calle que me ha dicho. No tardó en dar con el auto.

—Fue un riesgo venir aquí—saluda papá.

—Solo quería verlas una última vez—comento triste.

—Pasaremos a la casa a recoger unas cosas.

—¿y si las están vigilando?

—No hay comunicadores cerca además entraremos por la parte de atrás.

—¿Dónde está Rothko?

—Él está bien. Está esperando en nuestra salida.

—¿Has sabido de Rick?

—él ya se fue—comenta. —Solo quedamos nosotros.

Asiento con la cabeza un poco abrumada y aliviada a la vez.

Solo quedamos nosotros

***

Entramos a la casa por el sótano como salimos la última vez. Enciendo la lámpara que me pasa papá y caminamos hacia las escaleras.

— Tenemos el tiempo encima—me apresura mi padre para seguirle el paso. —ve por un poco de comida. No nos detendremos en unas cuantas horas.

—Si—obedezco y camino con la lámpara hacia la cocina, empacando todo lo que cabe en la bolsa.

Me quito la chamarra antes reviso los bolsillos y me encuentro con el brazalete que me dio Mandy. Me lo pongo, pareciendo que aún tengo el brazalete de registro. Los dos brazaletes son idénticos.

Cuando la mochila está llena batallo un poco en cerrarla, con un poco de esfuerzo lo logro. Doy media vuelta colgándome la mochila en el hombro y maldigo al escuchar las latas cayendo al suelo.

Me apresuro a recogerlas y dejo algunas afuera para ahora si cerrar la mochila bien.

Una de las latas rueda fuera de mi alcance y la dejo ir.

Me levanto con la mochila en el hombro dispuesta a irme cuando veo que la lata regresa a mi rodando.

Muevo la lámpara hacia la dirección que había tomado la lata.

—¿Libby? —me sorprendo al reconocer su voz.

Ilumino su cara, sorprendiéndome aún más.

—¿Eddy? —pregunto con desconcierto. —¿Qué haces aquí? —pregunto con el corazón en la garganta.

—Yo...no lo sé...—me mira desconcertó y observa su alrededor con miedo. —Yo no sé cómo llegue aquí...lo único que recuerdo es...a mi tía diciéndome que tenía que regresar por algo...pero no sé qué es...—jadea nerviosos y camina de un lado a otro con desesperación. Su respiración se hace agitada y su rostro denota desesperación.

No Confies En NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora