27. Intruso a la vista

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-En serio lo siento- pido disculpas. -No me mires así, ya me estoy disculpando-le tiendo un poco de comida-sé que amas la comida-le digo con una sonrisa. -Tú tuviste la culpa, querías sacarme los ojos. Sé que soy una molestia para la sociedad pero eso es pasarse-me quejo.

-Libby-oigo una voz detrás de mí, cansada-cuando dije que te disculparas, no me refería al gato-me volteo con Lucifer en mis brazos comiendo pate de mi mano.

-El gato merece una disculpa, aunque el empezó pero eso fue maltrato animal-acaricio el gato.

-Eres imposible-se queja quitándome de los brazos a Lucifer y lo deja en el suelo. -Libby sé que no soy nadie para regañarte o decirte que hacer pero debes portarte bien y pedirle una disculpa a Will.

―Pero...

―Por favor

―Está bien―le digo rindiéndome―Y no vuelvas a pensar que no eres nadie, sabes siempre has sido... -una mamá para mí, pero no digo eso-parte de mi familia-le digo abrazándola.

―Y ve ahora porque conociéndote no lo harás ―me dice y hago una mueca por ser descubierta.

―Arruinaste el momento

―Solo ya ve―me dice sonriéndome.

Me acerco a la cocina y veo que los tres hermanos tienen rodeado a Jay, solo Kim es quien lo está curando de las rasguñadas que recibió en su rostro.

-Tenle paciencia-dice Caleb. -Ella siempre es algo dura con las personas cuando recién las conoce. -me detengo.

- parece que me odia-habla Jay

-No te odia, bueno si un poco- dice Ethan. -Solo espérate unos...10 o 15 años más o menos en ese tiempo te comenzará a hablarte bien-se ríe.

-No le hagas caso- lo anima Caleb.

- ¡Oye! No exagero eso es lo que tardo en hablarnos a nosotros

-¿Qué? ¿En serio? -pregunta Jay.

-Sí creo que la conocimos cuando ella ya tenía algo de tiempo aquí y no fue hace unos 4 años que nos empezó hablar.

Caleb me ve y le indico que guarde silencio, me acerco más para poder hablar con Jay. Caleb le hace una señal a Ethan y ellos se marchan no antes de recibir una mirada negativa por parte de Caleb y unos pulgares arriba por parte de Ethan. Kim se da cuenta su ausencia y le digo que yo sigo con el trabajo. Ella igual me deja sola.

Agarro un algodón con un poco de alcohol y sigo limpiando sus heridas que por fortuna no son profundas. Tiene una en la mejilla desde el pómulo hasta la barbilla tiene una más pequeña en la frente que empieza desde la ceja. Y tiene otra que parte del espacio que hay de las cejas hasta la mitad de su mejilla. Rayos lucifer por poco le sacas un ojo al pobre chaval. Al poner el algodón sobre su herida el musculo de su frente se tensa pero no hace gesto alguno.

―Lamento lo que le paso―le digo. Él abre los ojos sorprendido al verme ahí.

―Ya paso―dice pero no me convence, luce aun molesto.

―En mi defensa fue culpa de Lucifer―justifico y ríe.

―¿Qué es lo gracioso?―frunzo el ceño confundida

―¿En serio? Lucifer, ¿no se te ocurrió otro nombre para ponerle a tu pobre gato?―dice

―En primera no es mi gato y en segunda no se llama así pero así lo llamo

―Se podría saber ¿Por qué lo llamas así?―me pregunta.

―No, solo te diré que se llama Sishu―le digo guardando todo de nuevo en la caja de emergencias.

No Confies En NadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora