(LIBRO 1) ¿Qué sucede cuándo pones todo tu empeño y esfuerzo en detestar y despreciar a un chico que te hace la vida imposible? ¿Qué sucede si para colmo viene a tu vida para quedarse y te toca vivir bajo el mismo techo que él?
Pues que un día te pu...
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Me despierto con la sensación de tener la cara hinchada y no me equivoco. Al mirarme en el espejo que hay encima de una cómoda situada enfrente de mi cama, veo que tengo los ojos rojos como dos tomates y un par de ojeras entre moradas y azuladas sombreando toda la zona. Mi reflejo es espantoso.
Una luz parpadeante sobre la mesilla de noche llama mi atención y veo que proviene de mi teléfono móvil. Lo desbloquee y compruebo que se trata de un mensaje de mi amiga Jessica.
Jessica: ¡Buenos días linda! ¿Me vas a contar de una vez lo que pasó anoche entre Neal y tú? Estoy que me muerdo las uñas por saber 😱😱😱
Olivia: Lo que pasó anoche entre Neal y yo, se llama Tyler Gurck 😡
Jessica: ¿Tyler Gurck? ¿Qué pinta él entre Neal y tú?
Olivia: Eso mismo me gustaría saber a mí... Vente a mi casa y te lo cuento todo.
Jessica: Ok, en una media hora estoy ahí 😘😘
Me voy al contacto de Neal y me planteo escribirle, dándole las explicaciones de todo lo sucedido ayer por la noche, pero finalmente no lo hago porque sólo podrían malinterpretarse aun más las cosas. Esto es mejor aclararlo cara a cara. Aun así, le mando un mensaje mostrando mi interés en arreglar la situación.
Olivia: ¡Hola, Neal! Sólo quería decirte que no sé lo que te dijo ayer el gilipollas de Tyler, pero espero que podamos aclarar las cosas. Nos vemos mañana en el instituto 😘
Dejo el móvil sobre la mesilla de noche con la esperanza de que me conteste algo pronto y a ser posible, agradable. Me coloco mis zapatillas para andar por casa con forma de estrellitas sonrientes y me dirijo al baño. Tras lavarme la cara, ponerme crema hidratante y recogerme el pelo en una cola de caballo alta, decido salir de mi habitación para hacer una de las cosas más importantes en mi día a día... Desayunar.
Cuando bajo los escalones, escucho ruidos que provienen de la cocina y la voz de mi padre conversando con alguien. Al pasar por el umbral de la puerta, me lo encuentro a él junto a Lia mirando unos documentos sobre la mesa que desde aquí parecen ser planos de la ciudad y algunas entradas. Junto a ellos, está sentado Tyler que nada más verme, posa sus ojos en mis pies, o mejor dicho en mis zapatillas con forma de estrellas felices y empieza a reírse disimuladamente intentando no escupir los cereales que tiene en la boca.
