46. Dos pasajes

6.7K 499 526
                                    

Después de aquel momento en el que casi nos descubre mi padre en la habitación del hotel, decidimos ser mucho más prudentes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de aquel momento en el que casi nos descubre mi padre en la habitación del hotel, decidimos ser mucho más prudentes. No podíamos bajar la guardia de esa manera y exponernos a ser descubiertos pues, aunque no hablásemos nunca del tema, los dos sabíamos que las consecuencias serían nefastas en caso de que nuestros padres se enterasen "accidentalmente" de nuestra relación. Los dos sabíamos que en algún momento tendríamos que enfrentar a ese monstruo juntos, pero era pronto para determinar si lo nuestro realmente iba a ser algún tan estable y duradero como para dar ese paso tan importante.

No negaré que está siendo duro fingir indiferencia el uno por el otro, más cuando lo único que deseamos los dos es poder besarnos, abrazarnos o simplemente tener un momento de tranquilidad para no tener que estar fingiendo desinterés mutuo.

Después del día de año nuevo volvimos a casa. La loca de April por fin había recogido sus cosas y se había marchado. ¿A dónde? Ni idea, pero tampoco me importaba, con tal de que se alejase por fin de nosotros. Tyler se la cruzó varias veces por el campus de la universidad, pero me dijo que no cruzaron ni media palabra. Al fin parecía que esa zorra había captado el mensaje.

Ahora estoy sentada en el suelo, con mis deberes encima de la mesita auxiliar del salón, tratando de acabar un trabajo de literatura del siglo XIX que es realmente aburrido. Como siempre que tengo que estudiar/hacer los deberes, preparo mi arsenal infalible para hacerlo lo más cómodo posible: ropa ancha, rotuladores de colores, refrescos variados o una buena taza de café y algo para comer; en este caso he preparado un bol de palomitas con mantequilla. Mi amiga Jess permanece tumbada sobre el sofá del salón, haciendo un collage para la clase de geografía. La miro de reojo y veo que deja la barra de pegamento a un lado y se rasca la cabeza con el lápiz de forma pensativa mientras se lleva una palomita a la boca.

—Oye Oli, ha pasado un mes desde la fiesta de fin de año y todavía no me has contado los detalles de tu nochevieja salvaje con Tyler.

Resoplo haciendo que mi flequillo revolotee por mi frente. ¿Otra vez está con ese tema?

—No pasó nada —murmuro arrastrando las palabras y subrayando un párrafo entero con rotulador amarillo.

—No me mientas, soy tu amiga.

Suspiro y me muerdo el labio. Definitivamente Jess puede llegar a ser un puñetero grano en el culo cuando quiere. No hay un solo día que no me haya preguntado por el tema. No sé por qué esa obsesión por conocer la vida sexual de todo el mundo. Un día le llegó a preguntar a mi padre que a qué edad había perdido la virginidad. Por poco creí que me daba un infartito.

—Jess, no es algo de lo que me apetezca hablar. Es parte de mi intimidad con él. A mí no se me ocurre preguntarte lo que haces o dejas de hacer con Brendan.

—¿Qué pasa? ¿Tan mal fue? —inquiere, ignorando mi respuesta y llevándose otra palomita a la boca, pero esta vez focalizando todo su interés en mí.

Fuera de mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora