(LIBRO 1) ¿Qué sucede cuándo pones todo tu empeño y esfuerzo en detestar y despreciar a un chico que te hace la vida imposible? ¿Qué sucede si para colmo viene a tu vida para quedarse y te toca vivir bajo el mismo techo que él?
Pues que un día te pu...
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Durante unos minutos me quedo allí plantada, junto a la verja del jardín, mirando al horizonte y pensando en lo que me acaba de decir Tyler.
"Yo no tengo novia". Sus palabras retumban en mis oídos. ¿Será verdad? Pero Lia me presentó a April como su novia...
Tengo frío y siento la piel de gallina. Abandono mis pensamientos para entrar en la casa y cobijarme de la brisa helada, que ha provocado que se me ericen los pelos de todo mi cuerpo.
Como puedo, llego hasta la puerta de la casa, y me lleva un buen rato conseguir meter la puñetera llave en el cerrojo a cuenta del nivel de alcohol, o mejor dicho de vodka azul, que ahoga mis torpes reflejos. Me dirijo automáticamente a la escalera para subir a mi dormitorio y despojarme de los botines, los pendientes, las pulseras, el reloj de muñeca y el bolso, en ese orden. Siento como si me hubiese quitado veinte kilos de encima. Un poco mareada, camino hacia el baño para ducharme y quitarme la peste a alcohol que desprendo en este momento.
Ya con el pijama puesto, me tumbo sobre la cama y suspiro con fuerza mirando hacia el techo. Me quedo así durante un tiempo indeterminado, hasta que me incorporo y me siento en la cama, tratando de poner en orden todos mis pensamientos.
Esta noche ha sido tan extraña...
Primero está April, la supuesta falsa novia de Tyler. Según me ha confesado él, ella no es su novia, pero está claro que algo han tenido, si no, no me habría amenazado como lo ha hecho. Tampoco entiendo el porqué de su advertencia. ¿Me ve como una posible competencia?
Después está Tyler... Trato de no pensar en él, pero el recuerdo de April bailándole de forma sugerente en el local donde hemos pasado la noche, me golpea una y otra vez. Nada es capaz de matar o reprimir el repentino interés que siento por él y este hecho, me desquicia. Una pequeña parte de mí, se alegra enormemente, al recordar sus palabras cuando me dijo que le hervía la sangre cada vez que me veía con Neal.
¡NEAL!
Me pongo de pie de un salto. ¿Cómo he podido olvidarme de él? Mierda, me he ido de la fiesta sin decirle nada. Debe estar como un loco buscándome. ¡Me va a matar!
Un pánico absoluto me invade cuando escucho mi móvil vibrar dentro del minúsculo bolso dorado, que sigue tirado sobre mi cama. Me apresuro a abrir la cremallera y cuando tengo el aparato en mis manos, compruebo que tengo cuatro mensajes y dos llamadas perdidas.
Las dos llamadas perdidas son de Neal. El pulso se me dispara y un sudor frío recorre mi cuerpo. Abro los mensajes uno a uno con las manos temblorosas.
Neal: Muñeca, ¿estás bien?
Neal: Olivia, te he llamado y no me respondes. Por favor, dime dónde estás.
Neal: ¿Estás con Tyler? Dime lo que está pasando... hay una chica morena aquí que me acaba de preguntar si te he visto a ti o Tyler, y lo cierto, es que no os encuentro a ninguno de los dos. ¿Estás con él?
