49. París - Primera discusión de pareja

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Tardo una eternidad en volver a abrir los ojos y me froto las sienes con mis dedos índices, como si así pudiese aliviar el malestar que siento en este momento o como si pudiese acallar el barullo mental que tengo

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Tardo una eternidad en volver a abrir los ojos y me froto las sienes con mis dedos índices, como si así pudiese aliviar el malestar que siento en este momento o como si pudiese acallar el barullo mental que tengo. 

Las dudas son un goteo incesante en mi cabeza y finalmente tomo una decisión. Tengo que decir que a priori, puede parecer una decisión estúpida, infantil o precipitada, pero es lo que ahora mismo necesito. Me visto rápidamente y salgo de allí huyendo del problema. En realidad, no quiero que Tyler me descubra así de afectada; no me encuentro con la fuerza y determinación de encarar la situación porque esto me ha pillado por sorpresa. Definitivamente necesito un paréntesis para pensar antes de enfrentarlo como es debido.

Salgo tan rápido del allí, que hasta que no me encuentro en la calle no caigo en la cuenta de que no llevo el bolso, también se me ha olvidado el móvil y por supuesto, la cartera brilla por su ausencia.

¡Genial! Si me pierdo no podré llamar por teléfono y tampoco podré volver en taxi porque no llevo dinero encima. Para colmo voy indocumentada.

Avanzo por algunas calles transitadas, con lágrimas en los ojos y rota por dentro. Sí, rota como un juguete viejo y usado, así es como me siento. Parece que entre Tyler y yo no puede haber un momento de paz o de tranquilidad.

Es como si el destino se burlase de mí y cuando trato de bajar la guardia, cuando me decido a abrirme al amor... ¡Zas! Me asesta un golpe desprevenido e imposible de encajar. Desde que iniciamos esta extraña relación, es como si por cada momento bueno que vivimos le fuese inversamente proporcional la desgracia que le precede... no sé si me explico.

April... maldita trastornada. ¿Cómo pudo Tyler salir con semejante víbora? Es una maestra del engaño y de aparentar dulzura cuando en realidad es un demonio encarnado en el cuerpo de una mujer. No debí pensar que se alejaría de nosotros así, sin más. No es el perfil de chica que se larga como un perrito asustado y con el rabo entre las piernas, no. Ella es fuerte, es luchadora, está loca y dispuesta a todo por su obsesión... Tyler. ¿Cómo he podido pasar eso por alto? Supongo que mi inexperiencia en estos casos tiene parte de culpa, pues nunca he manejado una situación así. Nunca he tenido que lidiar con una ex y mucho menos si está despechada y obsesionada.

En cuanto a Tyler, ese es otro cantar. Pensar en la posibilidad de que me haya engañado, únicamente consigue que el dolor que me oprime el pecho en este momento aumente. No quiero pensar mal, de verdad que no quiero. Creo que Tyler me quiere, creo que cuando me dice que me ama, lo dice de corazón; quiero creer que no me traicionaría, pero entonces, ¿por qué esa loca le manda mensajes? Además, ese mensaje que ha recibido daba a entender que tienen una relación continuada en el tiempo; que nunca han dejado de hablarse como él me indicó y eso es lo que me mata. ¿Por qué mentirme? ¿Por qué? Esta noche cuando estábamos en la Torre Eiffel yo me he sincerado con el asunto de Neal y él podía haberme contado que aún se habla con ella. Por lo menos, si lo hubiese intentado yo lo habría tratado de comprender. Podría haberle brindado mi comprensión.

Fuera de mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora