OLIVIA
15 días después.
Han pasado exactamente quince días desde aquel funesto momento que viví frente a la casa de Jess. Sólo recuerdo que, tras marcharse Tyler con la estúpida de April en el coche, me abalancé sobre Neal con toda la rabia apoderándose de mi cuerpo y escapando a mi control; todo era culpa suya. Bueno, suya y de April, claro. Sólo recuerdo que le propiné patadas, manotazos, puñetazos... sin pensar ni mirar a dónde golpeaba y el muy idiota ni se inmutó, lo cual me cabreó aún más. Tuvo que intervenir Jess, para alejarme de él y que no acabase lastimándome yo.
El malnacido se largó de allí sin disculparse y Jess tuvo que sostenerme para no desmayarme de la ira que fluía en ese momento por mis venas. En aquel instante comprendí que April y Neal debían estar detrás de todo lo que había sucedido. Aunque también había muchas cosas que no entendía y que sigo sin entender a día de hoy como, por ejemplo, cómo supo Neal que estaba en casa de Jess. Sólo podía pensar que detrás de todo esto estaba la chiflada de la ex de Tyler con sus amenazas, y no me extrañaría nada que Sam formase parte de todo el plan también. Esa zorra se había propuesto destruirme y April por su parte se había propuesto alejarme de Tyler, y al parecer lo habían conseguido las dos, pero esto no iba a quedar así, no. No me iba a quedar de brazos cruzados. Jess me dijo que precisamente eso era lo que ellos pretendían, bloquearme a través del miedo y que eso no debía permitirlo bajo ningún concepto.
Me dolió mucho cuando Tyler me dijo que el juego se había terminado; todavía me pregunto a qué juego hacía referencia. Me apuesto a que April le contó cualquier barbaridad sobre mí. Me dolió ver que desconfiaba de mí y me dolió aún más que ni siquiera me preguntase antes de acusarme injustamente. Encima el cabrón de Neal echó más leña al fuego con sus mentiras, pero le iba a demostrar a Tyler que la mentira tiene las patas muy cortas. Debí ser más lista, debí darme cuenta de que tanta insistencia por parte de Neal no era normal y debí tomarme más en serio la advertencia primera de April. Decididamente fui una idiota, pero no iba a volver a dejarme pisar.
Ahora, quince días después de aquello, estoy sobrevolando Maryland en un vuelvo con origen en Atlanta y destino en Nueva York, tras pasar las Navidades con la tía Emma y mi prima Cloe. Es donde he pasado siempre estas fiestas desde que mi madre falleció cuando tenía sólo cinco años, porque mi padre va hasta arriba de trabajo con las campañas publicitarias de navidad y no tiene casi tiempo de celebraciones. Han sido quince días sin hablar con nadie y aislada de mi entorno habitual. Quince días sin ver ni hablar con Tyle y quince días para meditar y pensar.
Ahora estoy volviendo a casa para la gran fiesta de fin de año que celebra mi padre todos los años en el Hotel The Carlyle junto con los grandes magnates de la ciudad. Como siempre, asistiremos a la cena de gala en el hotel, después habrá un pequeño baile con música en directo y finalmente acudiremos a Times Square a celebrar las campanadas de fin de año. Antes de tomar el vuelo de regreso, ya me ha llamado varias veces para decirme que acuda directamente al hotel, para dejar mi equipaje e ir a por mí vestido que lo han llevado al costurero porque me quedaba un poco grande.
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Fuera de mi camino
Romance(LIBRO 1) ¿Qué sucede cuándo pones todo tu empeño y esfuerzo en detestar y despreciar a un chico que te hace la vida imposible? ¿Qué sucede si para colmo viene a tu vida para quedarse y te toca vivir bajo el mismo techo que él? Pues que un día te pu...