(LIBRO 1) ¿Qué sucede cuándo pones todo tu empeño y esfuerzo en detestar y despreciar a un chico que te hace la vida imposible? ¿Qué sucede si para colmo viene a tu vida para quedarse y te toca vivir bajo el mismo techo que él?
Pues que un día te pu...
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JESSI
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Entro en la cafetería y me encuentro a Olivia sentada en nuestra mesa de siempre, contrayendo su cara en una mueca de disgusto y escupiendo en el plato lo que tiene en la boca. Tanto tiempo en el instituto y aún no se convence de que la comida que sirven aquí es de plástico. Me acerco hasta su mesa y dejo mi mochila sobre una silla vacía.
—¿Te vas a comer eso? —pregunto sin apartar la mirada del trozo de sándwich que acaba de escupir.
—Ni de coña. Se supone que es un sándwich vegetal, pero sabe a químico.
Me siento a su lado y saco una manzana verde y brillante de mi mochila. Yo ya hace mucho que desistí a volver a probar la comida de aquí, así que siempre me traigo comida de casa.
—¿Qué ha pasado? —le pregunto, poniendo mi mejor cara de «por favor, no me ocultes ningún detalle de tu conversación privada con Neal».
—¿Qué ha pasado con qué?
Le lanzo un trozo de lechuga de su sándwich, ella lo esquiva y se ríe.
—Supongo que te refieres Neal.
Tomo otro trozo de lechuga de su plato y se lo lanzo de nuevo.
—Ya vale Jess, qué asco —protesta mientras se quita la hoja de lechuga del pelo como si de un moco se tratase.
—No te atrevas a ocultarme los detalles de vuestra conversación —digo apuntándola con un dedo.
Olivia se revuelve en su asiento y apoya su espalda en el respaldo.
—Me ha dicho que a la una me espera a la salida del instituto para hablar.
—¿Y no te ha dicho sobre qué quiere hablar? —pregunto con curiosidad.
Durante unos segundos, parece que se debate entre responder o no.
—No me lo ha dicho. Lo único que sé es que no quiere que me enfade, o algo así creo haber entendido. Lo malo es que tampoco me importa, Jess. No quiero saber ya nada de Neal. He estado muy colada por él durante mucho tiempo, pero ahora...
