38. Participantes

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Lawrence, el íncubo, había observado lo suficiente al grupo de Leran para saber que habían localizado al Mago Obsuro. Realmente había sido una buena idea morder a Diot aquel día, ahora siempre sabría dónde estaba ella, no importa cuán lejos se fuera. Sería bueno tenerla vigilada, pues su grupo también buscaba a los magos.

Él tiene suerte de que ningún otro ser obscuro o inmortal sepa que la Caza de Estrellas ha comenzado, de lo contrario todo el maldito inframundo estaría tras los magos y el deseo, ya que la mayoría tiene tiempo de sobra.  La gran parte de las criaturas obscuras que vagan por la tierra provienen del inframundo, pero eso no quiere decir que están muertas, solo que ahí fue su origen. Si alcanzaron este mundo fue por invocación o llegaron aquí por sus propios medios, como él.

Todos ellos han visto al menos una Caza de Estrellas, o han vivido durante el transcurso de una sin saberlo. La mayoría ignora su existencia... aunque a ciencia cierta se desconoce si alguien, demonio, monstruo o humano, alguna vez ha podido juntar los objetos y pedir el deseo, eso nadie lo sabe, incluso puede que solo sea una leyenda.

Ellos, las criaturas del averno, han existido desde los inicios del mismo tiempo, pero su convivencia con los humanos es relativamente reciente. Generalmente los humanos acudían a ellos en busca de poder y riquezas, y unos pocos por conocimiento; pero ahora, con la magia casi extinta pronto todo sobre la existencia de demonios, ghouls, espíritus y demás pasaría a ser leyenda.

Suspiró. A la mayoría no le importaría pasar a ser leyenda y desaparecer del mundo humano, pero él era diferente, había llegado a amar a este mundo, en especial a sus mujeres... pero esa era otra historia, ahora debía concentrarse en localizar a otros competidores de la Caza de Estrellas.

Cerca de las Montañas Infinitas estaba la presencia de un ser obscuro en particular, este ser no era puro y eso le llamaba la atención. No existen muchas criaturas obscuras que puedan mezclarse exitosamente con un humano, así que el padre de ese engendro debe ser alguien interesante sin duda, pues los pocos que si pueden engendrar con humanos no gustan de mezclar su sangre.

Por otra parte, claro que él mismo no tiene motivos para unirse a la Caza de Estrellas. Es inmortal, libre y solo se divierte con las humanas, así que mientras el que consiga el deseo no afecte estos tres factores, estará bien. A diferencia de Cani y el grifo, a él no solo le gustaba ser un observador; no, él meterá sus manos en todo el desastre que se avecina y no dudará en favorecer o perjudicar a quien sea, dependiendo de la situación.

Él se va a divertir mucho sin duda, de paso controlará que el deseo no afecte sus intereses. Quien sea que gane, si es que hay ganador, deberá tener su aprobación... Volvió a concentrarse en cada uno de los participantes, quizá sería la última vez que los humanos y su mundo vieran una Caza de Estrellas, después de todo sentía como se extinguía la magia y hasta algunos de los magos habían fallecido, pues antes eran quince, no solo diez.

Estaban el cazarrecompensas, la campesina y la consumidora, por otro lado el hibrido que servía al rey y una presencia extraña que provenía del Continente de Arena. Esta última le llamo la atención, pues era la única que más resaltaba, así que decidió que le haría una pequeña visita, sin saber que su inofensiva decisión lo cambiaría todo.

Cuando la magia se extinguiese, el se iría con ella, lo sabía. No estaba seguro de si moriría, volvería al inframundo o algo así, pero ahora el mundo les pertenecería por completo a los humanos, criaturas frágiles y de vida efímera. ¿Por que los humanos? Había mejores seres que serían mejores candidatos para dominar... pero así eran las cosas. Los humanos eran tontos y con cierta tendencia a destruir lo que les rodeaba, incluso sus semejantes, pero si seguían existiendo y serían la especie dominante, era por algo.

Puede que ya no convivieran con los humanos, pero las criaturas obscuras siempre estarían ahí... rondando en las sombras del alma de los humanos. Ellos solo se esfumarían por completo cuando todo rastro de sombra y obscuridad desarapeciera del mundo entero.

Diez estrellas y un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora