Cap. especial ;) las cosas se empiezan a alocar mientras el final se acerca...
Lawrence y Nafisa caminan uno al lado del otro sin decir ni una sola palabra. Finalmente han logrado salir del cauce de ese rio sin fin y caminan sin rumbo alguno atravesando un bosque inmenso, con troncos del grosor de los torsos de diez hombres adultos juntos. Está empezando a atardecer y el cielo se encuentra teñido de vivos colores naranja mientras que algunos rayos de sol pasan por lor árboles entibiando el ambiente. Abb está tomando el sol en el hombro izquierdo de la chica.
— Es increible que aún continues siguiendome. — Nafisa le dice sin voltear a verlo.
— Es increible que aún pienses que lo hago. — Le responde el íncubo indiferente.
— ¿Por qué no desapareces o algo por el estilo? Está claro que no podras conseguir nada de mi, y nada es nada.
— ¡No quiero intimar contigo! Metetelo en la cabeza mujer.
— Eres un íncubo ¿qué más querrías de una mujer a la que sigues día y noche?
— ¿Quién dice que no eres tu la que me sigue?
— Cállate, demonio pervertido.
— Tu callate.
Nafisa no responde, sabe que no llegarán a nada. La sigua o no, ya no le molesta su compañía, es como tener una segunda mascota, solo que más habladora y con poderes sobrenaturales.
— ¿Cómo es? — le dice ella.
— ¿Cómo es que?
— El averno... o de donde sea que vengas.
— Feo y maloliente. Fin.
— Oh, vamos. Dime más.
Lawrence se detiene y le dirige una mirada seria a Nafisa, ella también se detiene y lo mira con un gesto de intriga. En los ojos de demonio no puede verse nada, pero la atmosfera se siente tensa y por un momento ella se prepara para recibir algun ataque.
— Es un lugar del que no quieres saber nada, eso es todo.
—Pero...
— ¡Eso es todo, dije! — La voz cavernosa del ser cadaverico que una vez vió es la que responde. Los ojos de Lawrence despiden humo mientras su boca es iluminada por luces rojas, como si estuviera escupiendo fuego. Un par de alas esqueleticas se despliegan cuando él grita, extendiendose en todo su ancho, provocando una rafaga poderosa y que Nafisa retroceda para ponerse en guardia. Él parpadea repetidas veces e inhala profundamente mientras vuelve a su forma humana. — Tienes razón, ya debería irme.
— ¡Espera! — La joven lo sujeta de la muñeca —. Lo siento, no quise molestarte. Está bien si no quieres hablar de tu hogar. Ni siquiera yo misma sé por qué insistí.
— Bah. — Él se suelta y se aleja caminando unos pasos, luego se desvanece.
Nafisa observa por un momento el lugar donde el demonio ha desaparecido. Él era la única compañía de otro ser que le había agradado, podían charlar e incluso reñir, pero habían continuado juntos pese a todo. Lawrence, aquel demonio testarudo y misterioso era su amigo, un preciado compañero para ella.
Se sentó dando la espalda al sol y cerró los ojos. El viento soplaba arrastrando unas cuantas hojas secas de los árboles y cada vez había menos luz. ¿Me considerará amiga suya? se preguntó. No podía negar que esa idea la hacía muy feliz. Luego de esa interminable soledad e hipocresia con la que había vivido en el desierto, haber conocido a Lawrence había sido como tener una familia. Con él ya no se sentía sola. Claro que no lo miraba con ojos romanticos, ¡por su puesto que no! Para ella, Lawrence era su única y disfuncional familia en todo el mundo.
— Debo buscarlo. — Se puso de pie pero un chillido de Abb hizo que se volteara a tiempo para agacharse, esquivando una navaja que se fue a clavar en un árbol cercano.
— Muñeca inutil. — Un joven de cabellos negros y ropas igual de negras se le acercaba despreocupadamente.
— ¿Quién eres?
— Me llamo Leran, Principe de las Tierras Malditas. Soy hijo de tu señora, a la cual has decepcionado.
— ¿La loca plateada? — Otra navaja pasó cerca de su rostro, dibujandole una fina linea roja en el cachete derecho.
— Sé que has recolectado dos objetos de la Caza de Estrellas. Dámelos y puede que te deje vivir.
— Ven por ellos, niño. — Ella desenvaino su sable y se puso en posición defensiva.
Leran empezó a lanzar navajas, que Nafisa desviaba agilmente con su arma. El sonido del metal chocando empezo a inundar el bosque y el ocaso inminente. Cuando ella estuvo lo suficientemente cerca, estiró su mano para absorverlo, pero él fue más rápido y esquivo su agarre. Antes de darse cuenta, Leran se había colocado en sus espaldas, barriendo sus pies y provocando que ella cayera de cara al suelo. Nafisa intentó levantarse, pero casí de inmediato dos navajas se clavarón en sus palmas hasta los mangos. Soltó un grito que retumbo en lo más profundo del bosque.
— Los objetos. Ahora.
— Pudrete.
Una nueva navaja clavandose en su costado la hizo gritar nuevamente. Ella giró su rostro y le escupió su propia sangre.
— Así que aquí esta el objeto del Chamán. — Leran había extraído de la pequeña alforja de Nafisa el pequeño paquete. — Veo que tienes el otro en tus propios ojos.
— ¿Y qué planeas hacer? Prefiero ser despellejada viva a acompañarte a ti y esa bruja.
Nafisa podía ver las hojas exparcidas por el suelo, la poca luz que quedaba y las raíces de los árboles.
— ¿Llevarte? Bah, no creas ser tan imprescindible.
Leran sacó la navaja clavada en su costado y se la acerco al rostro. Nafisa observó los rayos de luz filtrandose por los árboles... sabía que sería el último paisaje que vería en su vida. Agradeció poder conservar en sus memorias el rostro de Lawrence.
La próxima vez que nos encontremos, tu imagen solo vivirá en mis memorias. Incluso si no puedo verte nunca más tu vivirás eternamente rondando este hermoso mundo y en mí. Gracias.
Instantes después el bosque se lleno de sus gritos agonizantes y el suelo se manchó con su propia sangre mientras el cazarrecompensas le extraía ambos ojos.
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Nota de la Autora.
Lo siento si las escenas no fueron de su agradado, no soy muy buena escribiendo escenas de acción.
No olviden votar/comentar, dedico caaaaaps y galletas :3
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Diez estrellas y un deseo
Adventure¿Qué tienen en común una campesina, un cazarrecompensas, una muerta viviente, un híbrido, una reina caída, un íncubo y un rey? Todos tienen un deseo que quieren cumplir. Se dice que aquel que obtenga una posesión de cada uno de los diez antiguos mag...