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Boo Seungkwan es escandaloso, extrovertido, tremendamente genial y sinvergüenza. En cambio yo soy callada, un poco más seria y tranquila. Se podría decir que somos dos polos totalmente opuestos que si llegaran a unirse entonces todo explotaría como un segundo Big Bang. Pero, por alguna rara razón del universo, estábamos juntos.
Sí, Boo SeungKwan y yo teníamos casi un año de noviazgo.
Al inicio fue raro y sinceramente me sentí como el lado oscuro de la relación, pero él me gustaba, había algo su persona que hacía que mi corazón se derrita, y, por alguna extraña razón, él también gustaba de mí, eso llevó a que estemos juntos. Una serie de acontecimientos más le siguieron y ahora estaba aquí, acostada en su cama mientras él se probaba el quinto cambio de ropa que posiblemente utilizaría para nuestro primer día en la universidad.
─¿Qué tal este? ─preguntó saliendo al fin del baño.
Desperté de mi sueño, pero con mis ojos entrecerrados levanté mi pulgar y sonreí─. Te ves bien, Kwannie.
─¡Eso dijiste con los otros!
Genial, ahora soy Bella y Seungkwan es Jessica.¹
─No entiendo por qué te preocupa tanto el cómo vestirte, vas a estudiar, no a un desfile de modas ─vi como rodó los ojos y caminó hasta estar al frente de mí.
─Lo dice la chica que una vez se vistió con una blusa de rayas horizontales, una falda de rayas verticales y con zapatos de cuadros.
Aquello me seguirá de por vida, ¿no?
─En mi defensa fue una apuesta que perdí contra Hoshi, no porque yo haya querido, y lo sabes.
Solo alzó una ceja y se cruzó de brazos, yo opté por abrazarlo, eso siempre funciona cuando se pone chinchoso.
─Ya~, Kwannie~.
Vi como apretó los labios para no sonreir, así que comencé a moverlo de lado a lado mientras le hacía ojitos en un vano intento de ser tierna.
─Kwannie~, tú te ves bien con todo, deja esa estúpida ropa y ponte un saco de papas, serás la sensación del lugar.
Ahí si no aguantó y se echó a reír hasta que me contagió. Me gustaba verlo sonreír tanto que sus ojos desaparecían y sus mejillas se hacían aún más pronunciadas. Es una vista demasiado adorable.
Unos golpes se escucharon en la puerta y segundos después esta fue abierta, dejando ver a la mamá de mi novio sonriéndonos, supongo que nos escuchó.
─Annie, linda, ¿te quedarás a comer? ─miré a Seungkwan que me hizo un puchero para que acepte.
─La verdad no quisiera ser molestia, Señora Boo ─dije algo incómoda.
─¡Tonterías! Ya eres de la familia.
Y sin más se fue de la habitación, no sin antes cerrar la puerta.
Seungkwan se rió por mi ceño fruncido y se acostó a mi lado, haló mi brazo hasta que hizo que me acueste con él para luego abrazarme.
─No entiendo por qué tu mamá me pregunta si me quedaré a comer si aunque diga que no, hará que me quede ─dije mientras reía un poco, esa señora es un caso.
─Y yo no entiendo por qué te sigues negando si al final sabes que te quedarás.
─Touché.
Me acomodé mejor, haciendo que mi cabeza quede en su pecho, mi brazo en su cintura y él acariciando mi cabello. El sueño volvió a mí, ¿qué puedo decir? Soy alguien de dormir mucho.
Nos quedamos callados por un rato, pero no era incómodo o raro, al contrario, me hacía sentir bien estar a su lado solo abrazándolo y sintiendo su calor pese al frío que estaba entrando por su ventana abierta.
Casi no existían los momentos en silencio con él, siempre había un tema que discutir, una anécdota que contar, algo random que decir o simplemente cantar improvisadamente. Porque si algo había que amaba de Seungkwan, era que siempre encontraba la manera de hacerte hablar, de participar, aunque sea molestándote. Así fue como pude acercarme más a él, aunque al inicio me daban ganas de amordazarlo por ser tan desesperante, ahora sólo lo beso para que se calle.
─Annie, ¿te dormiste? ─susurró cerca de mi oído, haciéndome cosquillas.
─Sí.
─Ja-ja, que graciosita eres ─intentó levantarse haciéndome a un lado, pero me aferré más a él─. Hey, déjame salir, debo ir a cambiarme de ropa.
─No más cambios, Boo, te ves perfecto con toda ropa así que basta de ese complejo, no estás gordo ─sentí como se tensó un poco, había dado en el clavo─, es ridículo que lo pienses.
─Pero... ─lo interrumpí al separarme de él y quedar arrodillada en la cama.
─Sé lo que te dijo esa tipa el otro día ─admití, vi como sus ojos se abrían con sorpresa al sentirse descubierto.
Hace unos días fuimos a dar una vuelta al Centro Comercial, a Seungkwan le encantaron unos pantalones así que entramos para que se los mida. Él hablaba con una de las chicas del local mientras yo daba vueltas por ahí viendo más ropa, encontré una camisa que se le vería muy bien pero cuando estaba yendo hacia él escuché como la muy perra le dijo «Lo siento, no tenemos una talla tan... grande. Debería hacer algo al respecto y luego volver».
Para cuando llegué ahí dispuesta a arrancarle el cabello ella ya se había ido y Seungkwan fingió que nada había pasado, aunque la tristeza en su rostro era más que notable.
«Vamos, ya lo vi bien y no me gusta tanto»
Fue lo único que dijo antes de agarrar mi mano y llevarme fuera del local. Desde ese día no para de disminuir su ración de comida o ver tips de dieta que probablemente no son para nada sanos y solo hacen que me preocupe.
─Esa tipa era una estúpida, Kwannie, eres perfecto tal y como estás ─tomé su rostro entre mis manos y le di un besito en la nariz─, solo estaba celosa porque tú tienes más trasero que ella.
Soltó una pequeña risa pese a las pocas lágrimas que ya habían comenzado a formarse en sus ojos.
─No la culpo, ¿quién no me envidiaría?
Esta vez ambos reímos, pasó sus brazos por mi cintura y me acostó sobre él.
─Me sorprende que no la hayas golpeado ─confesó mientras me abrazaba con fuerza.
─Ganas no me faltaron, ¿quién se cree? Que ella sea puro hueso no significa que tú debas serlo. Ugg, sus estándares es algo que aún odio, Kwannie.
─Lo sé ─suspiró─, ¿Annie?
─¿Sí?
─Te quiero.
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¹: se refiere a cuando en la primera película de la saga de Crepúsculo Jessica le pide una opinión sobre su vestido a Bella y esta responde lo mismo que dijo de los demás.
