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Las gotas de lluvia caían con fuerza y sin detenerse, causando que las personas corran en busca de refugio. Yo solo los observaba mientras caminaba con normalidad, no porque llevara un paraguas y eso evitaba que me moje, no, todo lo contrario.
Llovía a cántaros desde hace un buen rato, en el camino traté de refugiarme pero después de algunas cuadras ya me valió todo y comencé a caminar como si nada, más de enfermarme no iba a pasar.
Salté dentro de un charquito y salpiqué a mi alrededor, amaba hacer eso, en realidad me gusta mucho la lluvia y me sentía muy bien cuando llovía.
Conforme me acercaba más a la parada de bus una silueta muy conocida se hacía clara. Maldije cuando reconocí quien era. Ahora me arrepentía de ser una sopa andante, mi cabello casi goteando, al igual que mi ropa, mis zapatos chillando por el agua y mi piel de seguro mas pálida por el frío que hacía. Afrontando mi fatídico destino llegué hasta la parada y me puse bajo el resguardo del techo, aunque no tenía sentido. Traté de ignorar a la persona que estaba a mi lado, pero me sentía muy inquieta, aparte de avergonzada, de seguro me vio saltando aquel charco.
Se estarán preguntando, ¿quien es para que estés así? Bueno, ni yo lo sé.
Su nombre es información desconocida, lo único que sé de aquel chico que está a mi lado es que es tremendamente guapo y caballeroso. Hace meses que lo veo todos los días al venir a tomar el bus para ir a mi casa. Lo primero que me llamó la atención fueron sus grandes ojos oscuros y sus pestañas largas, son tan lindas. Se ve muy joven, pero no mucho, es probable que me gane por un par de años. Es un poco alto, tal vez y le llego a la nariz o a la barbilla. También están las pequeñas sonrisas que me da como saludo al verme llegar, sabía que no eran la gran cosa, solo estaba siendo educado pues él saluda a todos.
─Se está convirtiendo en un diluvio, ¿no? ─su voz me sacó de mi ensoñación, haciéndome dar un pequeño sobresalto.
Lo miré y aunque traté de sonreirle lo más natural que pude creo que solo me salió una mueca para después murmurar un bajito.
─Sí.
Y así es como matas una conversación con el posible amor de tu vida.
Okay, creo que exagero. Pero este chico es mi enorme crush de bus, en realidad el único que tengo.
─Estás empapada, ¿acaso te caiste en un charco? ─afortunadamente no escuché burla en su tono, pero el que se de cuenta de mi estado me hacía sentir peor.
─Eh~, no, solo no tengo paraguas y me cansó el refugiarme cuando igual iba a terminar mojada ─le di una pequeña mirada de reojo y vi que sonreía.
