Entraste a tu hogar totalmente cansada, el trabajo hoy estuvo matador, pero lo que te mantenía en pie es que al final del día siempre volvías a casa con los dos hombres más importantes de tu vida.
Al pasar por la sala pudiste ver juguetes regados por doquier, de seguro se divirtieron mucho en tu ausencia. Jun siempre sabía cómo entretener a su hijo.
Seguiste caminando hasta que llegaste al pasillo de las habitaciones, salía luz de una de ellas y supiste que ambos estaban ahí.
Sigilosamente te acercaste para poder escuchar qué hacían.
─Yah~, Minho, duérmete ─escuchaste la voz de Jun con un tono de cansancio.
─¡No!
─Mamá se va a molestar cuando venga y te vea despierto.
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─¡No!
Como verán esa es la palabra favorita del pequeño de tres años.
─¿Que quieres que haga? ─preguntó con desespero─ Ya te conté dos historias y no te duermes.
Estuviste apunto de entrar al cuarto, pero Minho volvió a hablar.
─Mamut, mamut ─repetía sin cansancio.
─¿La canción del mamut? ─su voz sonó insegura.
─¡Sí!
Te quedaste en tu lugar para descubrir cual era la dichosa canción que le gustaba, nunca habías oído de ella.
─Un mamut chiquito quería volar ─comenzó a cantar el chino y se escucharon los aplausos del niño.
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─... probaba y probaba, y no podía volar. Una paloma, su amiga, le quiso ayudar y de un quinto piso lo hizo saltar... ¿y qué pasó?
─¡Mierda~! ─gritó divertido y abriste los ojos con asombro─ ¡El mamut se hizo mierda!
─¡Wen JunHui! ─esta vez gritaste tú mientras entrabas al cuarto.
El rostro de Jun era de sorpresa pura, en cambio Minho sonreía inocente y levantó sus brazos hacia ti. Lo tomaste con delicadeza y él te abrazó por el cuello, feliz de que su mamá al fin ha vuelto.
─Tú y yo tendremos una charla, señor ─susurraste hacia el mayor, viste como tragó duro y se cubrió el rostro con su capucha.
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◑◐
─Un mamut chiquitito quería fumar, probaba y probaba, y no podía fumar. Un perro, su amigo, lo quiso ayudar y quinientos cigarrillos le hizo fumar...
─¿Y qué pasó? ─preguntó Jun saliendo de la nada.
─¡Cáncer! ─cantaron a la vez─ Al mamut le dio cáncer~
Cuando terminaron de reír te pusiste seria, causando otra vez su miedo.
─Amor, ya pedí disculpas, no estés molesta ─rogó con un puchero mientras intentaba abrazarte.
─¿Cómo pudiste enseñarle esa canción? ─reclamaste.
─Él la descubrió por accidente, ya te lo dije.
Hiciste una mueca y Jun tomó eso como su oportunidad para acercarse a ti. Terminó aprisionándote contra su cuerpo en un abrazo y dando múltiples besos en tu rostro.
─Mira el lado positivo, ahora sabe las consecuencias de hacer todas esas cosas.
─¡Jun!
─Ya, ya... solo no me hagas dormir en el sofá de nuevo ─pidió.
