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Sentía como la respiración cada vez me fallaba más, el como mis piernas comenzaban a doblarse por el cansancio de correr. No sé por cuanto tiempo lo estuve haciendo, pero se sentía una eternidad.
Miré hacia atrás sobre mi hombro y creo que fue el peor error, una figura desconocida se acercaba con rapidez hacia mí, no tenía idea de lo que era. Solo sé que me asustó demasiado.
Seguí corriendo sin parar y cuando comencé a tener ese sentimiento de ser atrapada mis pies se enredaron entre ellos y caí al piso, o más bien a la tierra.
Giré hacia donde estaba aquella criatura que aunque no la ví perfectamente me causó gran terror, estábamos frente a frente, estiró su mano para tocarme y grité lo más fuerte que mis pulmones pudieron.
Desperté respirando agitadamente, con el corazón a mil por segundo y me sentí incómoda debido al sudor que provocó la pesadilla.
Como lo suponía, estaba sola.
Sin pensarlo dos veces salí de la cama y comencé a correr como si me persiguieran de nuevo, sólo que esta vez era la realidad y no había nadie atrás de mí. Al llegar a la sala pude ver unos pies sobresaliendo del sofá y me dio una pequeña punzada de culpa. Seungcheol debe de estar muy incómodo ahí.
Hace unas horas, justo antes de la cena, habíamos tenido una pelea, se podía decir que fue por algo insignificante, pero no para él.
Yo había pasado toda la mañana y casi toda la tarde en la universidad debido a un proyecto que encargaron, era de suma importacia. El problema no fue exactamente ese, sino quién era mi compañero de proyecto y con quien pasé ese tiempo; Byun Baekhyun. A Seungcheol no le agrada para nada Baekhyun, ¿por qué? Pues, repetidas veces lo ha escuchado llamarme "amor" y "guapa", y por más que le expliqué que no está interesado en mí, él no lo creyó.
Por eso, el que me haya venido a dejar a la puerta de nuestro departamento y despedido alborontado mi cabello no lo hizo precisamente feliz.
Reclamos vinieron, reclamos fueron, hasta que llegamos a un punto de casi gritar, pero antes de hacerlo él salió del departamento y no volvió hasta las once de la noche. Lo sé porque pese a la pelea estaba muy preocupada por él, ademas de que había tenido problemas para conciliar el sueño, el estar enojados no me dejaba dormir y supongo que eso fue lo que causó la pequeña pesadilla.
Seguí caminando hasta que llegué al frente de él, pese a la oscuridad pude apreciar su rostro pacífico y respiración pausada. Agarré la manta que estaba en el piso, lentamente me acosté a su lado y nos tapé a ambos con ella.
Me quedé en silencio tratando de dormir de nuevo, pero no podía. Así que solo me dediqué a mirarlo, puede parecer algo raro, pero lo único que me calmaba era él, siempre ha sido él.
─¿Una pesadilla? ─su voz sonaba ronca y ni siquiera había abierto los ojos.
─Sí...
No dijo nada, solo pasó uno de sus brazos por mi cintura y el otro debajo de mi cabeza para que lo use de almohada. Al final quedé totalmente pegada a él y aunque por lo usual aquello me incomodaba un poco, esta no fue la ocasión.
─Lo siento, jagi...
Me estremeció escuchar el tono lastimero con que lo había dicho.
─No puedo decir que estuvo bien lo que hiciste, pero entiendo el por qué.
Levanté mi mirada de su pecho para descubrir que él ya me estaba viendo. La mano que estaba en mi cintura comenzó a acariciarme lentamente y vi como él hacía un puchero.
─Es que él no me agrada, siempre está muy cerca de ti, te manda mensajes y llama a cada rato ─su ceño se había fruncido y podía notar su molestia.
─Seungcheol, Baekhyun no quiere nada conmigo, lo hace por jugar. He incluso si lo hiciera de cariño, no importa, porque sólo es mi amigo ─pellizqué su mejilla mientras hablaba, tal vez no era el momento, pero se veía muy tierno.
Vi como rodó los ojos y mejor miró atrás de mí.
─¿Y las llamadas? ¿Por qué tiene que enviarte un mensaje a la media noche preguntando dónde estás?
No pude evitar reír ante su pregunta, la cual había respondido el mismo día que pasó; hace dos semanas.
─¿Acaso no recuerdas que aquella noche llegue muy tarde de la universidad? Él estaba conmigo y no pudo venir a dejarme, sólo se preocupó.
Su gesto no cambió─. Que poco caballeroso, pudo haberte pasado algo.
─Apuesto que te hubieras molestado si me veías llegar con él. ¡Oh, espera! Ya pasó.
Su puchero se hizo aún más grande y acercó su rostro más al mío─. Lo siento~, estoy comportándome como un idiota celoso y eso no está bien.
─Exacto, pero sólo te pido que confíes en mí, Seungcheol, nada más.
Pude notar como sus ojos adquirieron un pequeño brillo mientras que no se despegaban de los míos, su mano que antes estaba en mi cintura ahora subió hasta mi mejilla para dar suaves caricias.
─Jagi, yo... ─suspiró levemente, no se por qué siento que lo que viene no es bueno─ tengo miedo.
─¿De qué, Cheolie?
─Él pasa mucho tiempo contigo, casi todo el día de todos los días, están en las mismas clases, hacen las mismas actividades, tienen trabajos grupales e incluso te viene a dejar a casa ─cada una de sus palabras me dolían más, tanto como a él. Noté como una de las lágrimas contenidas al fin logró escapar─. ¿Y yo? Con suerte puedo venir y dormir contigo o verte en el desayuno, siento que poco a poco te irás olvidando de mi y él ocupará mi lugar en tu corazón.
Decir que me dolía el verlo así es poco, algo que siempre he amado de Seungcheol son sus ojos y el que ahora estén inundados de lágrimas y mirándome de una forma tan sentimental me estaba matando.
Sequé sus lágrimas cuidadosamente con mis pulgares y di un suave beso en su nariz.
─Nada, Cheol, absolutamente nada ni nadie hará que me separe de ti ─susurré mientras lo miraba─. Si bien no podemos pasar mucho tiempo juntos eso solo hace aprecie demasiado los momentos que sí, no quiero que vuelvas a pensar en que te dejaré, no pasará. Te quiero a ti, a nadie más.
Vi como una sonrisa apareció en sus labios para luego reír un poco.
─Yo te amo ─besó mi frente y me abrazó aún más fuerte.
─Será mejor que ya descansemos o mañana tendremos ojeras.
Asentí y cerré mis ojos para que poco a poco el sueño se fuera apoderando de nosotros. Aquella tranquilidad que antes tanta falta me hacía ahora la tenía por completo, sólo lo necesitaba a él, a nadie más.
