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La música retumba en cada espacio de la pequeña sala de prácticas, estaba casi oscuro en su totalidad porque no he parado ni para encender las luces y ya está anocheciendo. Mi cuerpo se encontraba sudado y sentía un dolor placentero por todas partes, ese que sabes que mañana no podrás ni respirar sin quejarte, pero te sentirás feliz por el gran esfuerzo.
El baile lo es todo para mí, desde pequeña ha sido mi medio de escape, porque muchos leen, otros escriben, tocan instrumentos o hacen deportes hasta que llegan a los mismísimos Juegos Olímpicos. Yo, bailaba. No era una bailarina de profesión, pero sí en mis tiempos libres, o cuando me sentía tan abrumada por mi entorno que solo quería moverme hasta no sentir nada o que me duela todo.
Durante mis vueltas y caídas en el segundo coro la puerta fue abierta, pero ni siquiera me di cuenta, estaba más concentrada en la letra, en lo que decía y sentía con ella. Era algo profundo, de amor, lo irónico era que yo nunca me había enamorado y aún así la sentía tanto.
La canción terminó y me desplomé sobre el piso, mi respiración era tan errática que creía que en cualquier momento podría necesitar ir al hospital, mi cuerpo dolía horrores, pero no podía sentirme más liviana y feliz, al fin había sacado todo aquello que estaba aplastándome desde hace un tiempo.
─Wow, eso fue... ─me senté tan pronto como escuché la voz desconocida─ genial. Simplemente genial.
Aquella persona encendió las luces y por un momento quedé cegada debido al cambio, pero me acostumbré y al fin pude verlo.
Era un chico un poco alto, su cabello negro estaba lacio y podía notarlo algo húmedo, supongo por su ropa que también había estado practicando. La verdad es que era muy lindo, sus ojos pequeños y aquellas mejillas se veían tan apretujables mientras sonreía.
Estaba consciente de que solo lo he visto por mucho tiempo y no he hablado, pero eso no me incomoda, aunque al parecer a él sí.
─Eh, hola, soy SoonYoung, pero me dicen Hoshi ─levantó su mano y la movió como saludo a la vez que sonreía.
Tierno.
─¿Qué haces aquí? ─pregunté más borde de lo que quería, pude ver su sorpresa y vergüenza─ No me tomes a mal, SoonYoung, pero es muy tarde como para que estés en este lugar.
Es el estudio de baile de mi tío, un edificio pequeño al cual pocas personas tenían acceso a esta hora y estos días, ya que cierran muy temprano por ser vísperas de Navidad y el reloj marcaba un poco más de las diez de la noche.
─Oh, eso ─llevó su mano a la nuca y rascó un poco─, mi grupo y yo estábamos practicando desde temprano, pero creo que ya nos vamos.
Así que es idol.
Solo hice un sonido con mi garganta tipo "te escuché", me puse de pie y di un par de saltitos para poder aligerar mi adolorido cuerpo, caminé hacia mi maleta donde estaba mi botella de agua y tomé mucha. Cuando volví mi vista hacia la puerta el chico seguía ahí, viéndome fijamente.
