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❊ Mɪɴɢʏᴜ's POV ❊
La música sonaba fuertemente en cada parte del lugar y en ni un solo espacio se encontraba tranquilidad debido al montón de personas que habían y estaban bailando por todos lados.
El chico sentía que el aire le faltaba cada vez más y maldijo el momento en que se dejó convencer por su amigo para ir a aquella fiesta en la cual no se sentía cómodo. Un codo se clavo en su costilla y casi que gruñe un insulto contra esa persona, pero mejor lo ignoró y se dispuso a seguir con su camino hacia la salida, solo quería ir a casa.
Con lo que no contaba es que en medio de su huída sus ojos captaran una figura muy conocida para él, demasiado conocida.
Vio, sorprendido, como la joven movía sus caderas y cuerpo de lado a lado, bailando al ritmo de la contagiosa canción que sonaba. Aquello se le hizo extremadamente raro ya que recordaba las incontables veces que había dicho cuanto le molestaban las fiestas y lugares atestados de gente.
Pensaba en si era bueno dejarla ahí sola, porque así parecía que estaba, no había nadie a su lado, al menos no alguien conocido. Estaba discutiendo internamente sobre qué hacer.
Esto es una tontería, ¿por qué no solo me voy?, pensó.
Y así estuvo por hacerlo, dio media vuelta, pero antes le dedicó una última mirada, en la cual vio como un chico pasaba una de sus manos por el cuerpo de ella, deteniéndose en su cadera para atraerla hacia él.
Su sangre hirvió y como reflejo sus puños se apretaron con fuerza, haciendo uso de sus largas piernas dio zancadas hacia ellos. La chica no parecía interesada en lo más mínimo en la cercanía del otro tipo, pues seguía moviéndose sin dedicarle ni siquiera una mirada. Ambos le daban la espalda y Mingyu aprovechó eso, agarró con fuerza la chaqueta del otro chico y haló de él hasta que lo separó de ella. Escuchó como él se quejaba, pero luego de una mirada fría de parte del moreno este calló y se fue.
─Oye ─Mingyu trató de llamar su atención.
Sin embargo esta sólo lo vio y siguió con lo suyo. Gracias a eso no le quedó más duda que no estaba en sus cinco sentidos, podía reconocer la típica mirada adormilada a causa de la ebriedad, además de que sus pasos eran erráticos de vez en cuando, causando que se tambalee. Intentó llamando de nuevo, pero obtuvo ser ignorado por completo, otra vez.
─Bien, entonces será por las malas ─susurró para él mismo.
Miró como ella tomaba de un vaso, lo que suponía que era más alcohol, se lo quitó y lanzó por donde sea, sin importarle las quejas que recibió de parte de la chica y las personas a las que había salpicado. Envolvió uno de sus brazos en la cintura de la contraria e hizo uso de su fuerza al comenzar a llevarla a otro lugar, uno más tranquilo.
