Tengan en cuenta que es un pedido y, por ende, escribo según lo que ha querido.
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[MARATÓN, 8/10]
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El sonido de la puerta principal siendo abierta y unos pasos fuertes fue lo que hicieron que me despierte. Me senté en la cama para poder ver la hora que marcaba el reloj y no pude creerlo.
¿Las dos de la mañana?
La puerta del cuarto fue abierta con lentitud y Jihoon ingresó por ahí, esta vez de una forma más silenciosa. Era obvio que trataba de hacer el menor ruido posible para no despertarme, pero ya era muy tarde.
─Buenas noches ─saludé un poco adormilada.
Él apenas y se sorprendió, en la oscuridad pude distinguir como levantó una mano hacia mí y siguió de largo hacia el baño del cuarto. Mi ceño se frunció en confusión. Esperé en la misma posición hasta que salió, por lo que pude ver en los pocos segundos de luz dada por el baño se había cambiado de ropa y lavado la cara.
─¿Pasa algo, Jihoon? ─pregunté, caminó hasta su lado de la cama y se sentó ahí.
─No, sólo estoy cansado.
─¿Seguro? ─insistí, su actitud estaba siendo totalmente rara.
─Ya dije que nada está pasando, sólo duérmete ─pese a que habló despacio la molestia se pudo notar.
Totalmente herida me volví a acostar y me tapé hasta los hombros con la colcha. Entre que intentaba dormir logré no soltar ninguna de las lágrimas que estaba reteniendo, él se acostó y escuché como a los minutos su respiración ya era tranquila, se había dormido sin más.
No podía creer que se le haya pasado nuestro aniversario. Sabía que iba a estar ocupado, no era algo nuevo en nuestra relación, pero se lo estuve recordando por toda una semana ante su propia petición. Al despertar esta mañana sin que él esté a mi lado pensé que haríamos una corta video-llamada como otros años, pero al parecer estuvo tan ocupado que ni pudo revisar mi mensaje sobre la cena que tenía preparada para esta noche y que terminé guardando en la refri.
Suspiré profundamente intentando calmarme, tal vez al final del día no era tan importante para él como lo es para mí.
