The Savior Girl

Capítulo 11

Eran las 5:30 am, el sol ya comenzaba a asomarse por la ventana de mi habitación y yo ya estaba lista sentada en mi cama esperando que Negan se apareciera. Tenía dos semanas de andar con shorts, tennis y camisas de tirantes. La seguridad en la fabrica era increíble, nada entraba o salía del perímetro sin que a los hombres que estaban vigilando se les pasara por alto, por esto luego de un par de días aquí opte por  agarrar lo primero que encontrara en el closet, pero hoy al fin pude ponerme jeans, botas y una camisa de cuadros manga tres cuartos, al fin me sentía de nuevo yo. Me sentiría más completa si tuviera en mi cinturón mi Beretta 92 o al menos mi FX-1694, lo que fuera para no tener que estar indefensa atrás de Negan.

Seguía perdida en mis pensamientos cuando tocaron a la puerta. Me dirigí a esta y cuanto la abrí ahí estaba el. Con el pelo húmedo, de nuevo con la bufanda roja, su chaqueta de cuero y con Lucille colgando en su mano derecha. Tenía un aire sereno. –Buenos días preciosa, gran día hoy no? Me dijo mientras me daba una de sus sonrisas que hasta el momento las había definido entre psicóticas y alegres. –Estas lista? Me miro de arriba abajo analizando mi atuendo, -claro que lo estas. Termino. –Vamos? Sin más cerré la puerta de mi habitación y lo seguí, pero en vez de ir hacia la entrada se desvió.

-Es por aquí, le dije lo obvio. El me devolvió una mirada divertida mientras me indicaba con la cabeza que lo siguiera. Sin protestar lo hice. Ya sabía que esta salida no iba a ser del todo fácil. Salimos al patio y caminamos hasta una especie de bodega, la cual estaba resguardada por dos tipos que cargaban sus respectivas AK-47. Estos abrieron la puerta para Negan para que ingresara.

-Vienes? Me dijo mientras se volvía hacia mí. Ingrese al lugar percatándome que no era una bodega cualquiera, era la maldita armería del Santuario. Esta gente tenía equipo militar pesado, cualquier clase de cuchillos y armas que pudiera imaginar.

-Woow, dije con una expresión de sorpresa. Ganándome una sonrisa por parte de Negan.

-Eres una chica fácil de impresionar eh? Me dijo mientras tomaba una caja de municiones y me la entregaba. –No vas a salir sin una puta arma, creías que era tan infeliz?

-En realidad no creía nada. Le respondí con completa honestidad. –Ya estaba resignada a estar detrás de ti como damisela en peligro.

-Enserio? Me dijo serio mientras se daba la vuelta y buscar un arma la cual encontró con facilidad.

-Toma. Me dijo extendiéndome un arma idéntica a mi Beretta. Los ojos se me iluminaron como niña en dulcería y él lo noto, -Es la tuya. Aquella noche que te desarmamos pedí que la guardaran en caso de que una ocasión como esta se presentara.

Tenía razón era mi arma, ya que tenia grabado mi nombre. Y tenia las manchas de pintura de cuando Carl y yo pintamos la iglesia de Alexandria

-Gracias. Le dije muy bajito. Mientras me daba la vuelta hacia una mesa y comenzaba a cargarla.

-Te la doy para que te sientas segura, no para que en la menor oportunidad que tengas me apuntes con ella, estamos claros?

-No soy tan idiota Negan. Pero gracias por el voto de confianza eh. Le respondí con sarcasmo. –Un par de balas no definen nada, dije con cautela midiendo el terreno que iba pisando, -Me sentiría más segura si pudiera llevar un cuchillo o navaja, algo que no se llegue a trabar en caso de un emergencia.

Lo mire detenidamente, analizando su expresión, tenía el ceño fruncido y dudo unos segundos antes de quitarse uno de los cinturones que tenia y extendérmelo.

-Toma puedes llevar el mío. Con Lucille aquí, dice enseñándomela, -Me basta y me sobra.

Dude unos segundos y decidí tomar su cinturón. Con el arma cargada y el cuchillo en mi cintura, lo mire para indicarle que estaba lista.

-De acuerdo, dijo con alegría –vamos a ver cómo está nuestro querido amigo Rick. 

Esta es el arma de nuestra protagonista por si quedaron con la duda :) 

Y otra vez, ustedes son Jeffrey y yo Norman: Muchas gracias por leer!