Capítulo 14 I Nuevos Namikaze y Uchiha.

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Estaba paralizado. Demonios, sólo debía tocar y esperar a que su madre le dijera que podía pasar.

— No puedo irme si te quedas ahí parado. —Lo regaño Yamato.

— N-No puedo hacerlo —balbuceo.

— Sólo debes cruzar esa puerta, has hecho cosas más grandes y estúpidas.

Claro que sí, pero su padre estaba ahí y parecía que con su partida se había llevado todo el valor que Naruto juraba tener.

— Muévete. —exasperado, Yamato llamó a la puerta y en cuanto la Reina les dio aprobación, empujó al Príncipe dentro del Salón.

— Me alegra que hayas decidido acompañarnos —musitó su madre, acercándolo hasta los invitados— Te presentó a los Duques, Hiashi y Hana Hyuga.

— Es un placer, Príncipe.

— Encantada de conocerlo. —saludaron sus "suegros".

— E-El honor es todo mío. —hizo una pequeña reverencia, estaba demasiado nervioso.

— Hinata. —llamó Hana, la pequeña apareció detrás de su madre.

Naruto la miró un instante, sin duda, eran los ojos más bonitos que hubiera visto.

— Es un honor, Príncipe Naruto. —susurró la Hyuga.

— El honor es mío, Hinata.

Al verlo, Hinata supo que sería un gran Rey algo en él era cálido, algo que te incitaba a seguirlo, a no dejarlo de mirar. Frente a sus ojos estaba el futuro, Kushina lo sabía y temió que Minato no estuviera para contemplarlo.

[...]

Rin estaba de pie frente a la oficina de Lady Tsunade, quizás un día en el hospital calmaría sus nervios y la ayudase a despegar su mente de cierto soldado, después de todo, ella también era médico.

— ¡Comandante! —Shizune corría hacia ella, cargando una montaña de expedientes, su bata blanca ya no lo era del todo y a su lado una niña traía la misma montaña de papeles pero con una sonrisa en su rostro.

— Pareces agotada. —respondió con una media sonrisa.

— Hay mucho que hacer aquí —reparó en el nombre de la puerta frente a ella— ¿Busca a Lady Tsunade?

Rin asintió.

— Lady Tsunade, es decir, la Doctora Namikaze está en una reunión —musitó con nerviosismo la niña a lado de la azabache.

La castaña enarco una ceja, la pequeña tenía el cabello de un singular color rosa y una mirada llena de brillo, envuelta en emoción.

— Ella es Sakura Haruno, es mi aprendiz. —explicó la azabache— Sakura ella es la Comandante Rin Nohara.

La Haruno abrió los ojos como platos.

— ¡Es un honor conocerla, he escuchado que es una increíble medico!

— Gracias. —susurró— ¿Necesitas ayuda? Me han sacado del palacio.

— ¿En verdad? ¡Por supuesto! —Shizune sonrió— Tomé, son casos de rutina así que creo que le servirán para empezar.

La Nohara asintió.

— Sakura, tráele lo necesario a la Comadante para que empiece con su labor. —La pelirosa asintió con entusiasmo— Y bienvenida al Hospital Uzumaki.

El día iba con habitual tranquilidad, sin duda, estar en algo en lo que era buena la hizo sentir mejor y saber que hacia algo más que mantenerse sentada en medio de la Plaza Principal la tranquilizó.
Hasta que el grupo de sus amigos irrumpió a la hora del almuerzo.

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