Minato había ordenando que lo enviarán de vuelta a Konoha en cuanto se estabilizará, bajo el argumento que en el Hospital Uzumaki le mantendrían al tanto de su recuperación.
Ahora, se encontraba atado a una camilla, en un convoy de vuelta a casa. Resguardado por su pelotón y a su lado, Minato y aún con todo el dolor de las heridas Kakashi no era capaz de conciliar el sueño.—Ya casi cae la noche, —susurró el rey— deberías intentar dormir.
El platino soltó un suspiró ante la sugerencia de su padre.
—No creo que eso sea posible. —cada vez que cerraba los ojos veía la imagen de su madre o mejor dicho, su recuerdo. La imagen de ella de hace diez años: la que le acariciaba el cabello, la que le besaba la frente, la que le cocinaba galletas.
Y cuando estaba despierto, veía la imagen de Lina del presente: sonriente, preocupada, con un bebé en brazos y muy, muy lejana— Todo esto a sido un error.El murmuro fue más para si mismo, pero Minato despegó la vista de los documentos que leía y se sentó junto a él.
—¿En qué estaba pensando? —se recriminó el platino— Lina no esperaría por mí, todo lo que me llevé fue un cuerpo magullado y...
Calló. ¿De verdad creía que su madre lo iba a recibir con los brazos abiertos? ¿Qué tendría una buena razón para marcharse? La frustración le subió por la garganta y se sintió patético.
—Siempre haz sido muy curioso, —susurró Minato con una sonrisa— y sabía que no descansarías hasta obtener una respuesta sobre Lina. —el rubio lo miró con cariño, uno que nunca lo dejaría— La curiosidad no es mala Kakashi, pero puede llegar a ser peligrosa y sobre todo, puede herirte. Tu madre tomó una decisión hace diez años que la llevó a donde esta ahora y a su vez, te trajo a ti hasta aquí.
El platino apartó la mirada, quizás estaba tan inmerso en lo que había perdido que no era capaz de ver lo bueno que le traía el futuro.
—Padre, perdoname. —respondió— Yo sólo... Necesitaba saber que fue de ella.
Minato le acarició el cabello.
—Esta bien, hijo. Yo te entiendo. Aún así, quiero que sepas que tú siempre vas a ser mi hijo y te querré con todo mi corazón sin importar lo que pase. —el Hatake deseaba lanzarse a abrazarlo, toda su vida fue buscando algo que ya tenía. Ante su expresión el rubio rió— Se que no quisiste herirme Kakashi, el amor ciego hacía tu madre fue lo que te impulso a hacer lo que hiciste, así que deja de lado esa cara.
El platino estuvo a punto de decir algo cuando un estruendo lo detuvo, su pelotón se puso en posición para atacar y el convoy dio una sacudida. De pronto, llegó hacia ellos una lluvia de disparos. Gai saltó para cubrir con su cuerpo a Minato, mientras que Kakashi trataba de zafarse de sus ataduras.
—¡Gai! ¡¿Qué demonios esta pasando?! —gritó— ¡Gai! ¡Gai!
Miró con firmeza a su madre, aún cuando sabía que ella tenía algo que objetar.
—¿Podrías decirlo ya? —la alentó. No era un secreto para nadie que Kushina no era de las que se quedan calladas y sobre todo, no se callaría cuando se trataba de Naruto.
—Entiendo tu posición, sólo quieres lo mejor para tu reino y la familia, —suspiró— sin embargo, eso no te da derecho a destrozar una oficina.
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Rey de Plata.
Fanfic"Juro solemnemente que daré mi vida por mi Rey y mi país, sin importar las circunstancias y la adversidad, si mi Rey esta a salvo, abre cumplido mi palabra." Después de un secuestro que la ha destruido por completo, la Comandante Rin Nohara es lleva...