Cuando Kakashi abandonó el jardín, Rin se quedó un instante procesando lo que acaba de ocurrir y se dio cuenta que quizás, finalmente, empezaba a llegar hasta el corazón de Kakashi, sólo un poco, un empujoncito pero era algo.
— Me sorprende, Comandante. —la voz se coló entre el recinto. Sorprendida, miró hacia el umbral.
Maito Gai la miraba desde ahí con una expresión bastante seria.
— Y-yo... No lo vi ahí. —mascullo avergonzada.
— Por supuesto que no. —respondió con frialdad— Demasiada absorta, ¿cierto?
A la castaña le sorprendió la actitud distante del azabache.
— ¿Por qué le sorprendo? —preguntó retomando su comentario inicial.
— Porque logró hacer que Kakashi le contará algo demasiado personal para él. —respondió parándose frente a ella— Pero no conoce la historia completa.
Rin sólo podía mirarlo, tratando de adivinar la razón su repentino cambio.
— Yo...
— Detengase ahora, Comandante. —musitó con frialdad— No me obligué a intervenir.
Abrió los ojos con sorpresa, Gai y ella eran amigos, ¿entonces por qué estaban teniendo esa conversación?
— No entiendo a que de refiere. —dijo— Yo sólo quiero que Kakashi este bien.
— Usted no es buena para él. Quizás en otras circunstancias si, pero no en las actuales. —susurró— En este momento tal vez no lo vea, pero lo que usted llama "amor" no es más que simple agradecimiento.
— Con todo respeto Comandante, pero creo que conozco mis propios sentimientos mejor que usted. —soltó indignada, no deseaba pelear con Gai pero estaba pasándose del limite.
— Lo hago, he visto ese sentimiento antes y no permitiré que nuestro futuro Rey pase por lo mismo. —suspiró— Se que no hace esto a propósito pero es mi deber detenerla, si sigue con esto el único que saldrá herido será Kakashi, ¿no cree que ya ha sido suficiente?
— Jamás le haría daño.
— Eso también se lo prometió a Obito Uchiha, ¿o me equivoco? —Rin se quedó muda— Última advertencia Comandante, alejese del Príncipe.
[...]
No podía dejar de pensar en ello, se repetía una y otra vez la misma escena frente a sus ojos y todas las consecuencias que vinieron con su traición.
¿Lo abría podido impedido? ¿Habría cambiado algo si hubiera sido más prudente?
— Sólo llevas un par de horas aquí no deberías lucir así. —frente a él, Kakashi estaba sentado del otro lado de las rejas.
— Ca... Su Majestad. —saludó Obito — Lamento lo del rey Minato, era un gran hombre.
— Lo fue. —aseguró— Y no deberías culparte por su muerte, era inevitable.
Obito lo miró sorprendido.
— Hmp, ¿cómo no hacerlo? Si yo lo obligué a salir de aquí y entrar a la boca del lobo.
Kakashi sólo se echo hacía atrás.
— Con o sin ti, abría salido de este palacio para defender a su pueblo. —el Uchiha asintió lentamente— No debería preocuparte el pasado, sino el presente y el futuro que aún puedes cambiar.
— No podré hacer mucho aquí dentro.
— No planeó dejarte aquí, Obito. —musitó— Pero tampoco serás libre.
— Me parece un gran trato. —susurró el Uchiha con una media sonrisa.
— De cualquier forma, no tienes opción.
Obito sólo se cruzó de brazos.
— ¿Y cuál es mi destino, Príncipe?
— Exilio. —respondió con frialdad. A Obito se le cayó el alma ha los pies.
— ¡¿Q-Qué?! ¡¿Esa es tú solución?! —estalló el azabache.
— Calmate.
— ¡No digas eso! ¡Es como si me dejarás aquí encerrado de por vida!
— Basta. —dijo el platino— Tus crímenes merecen más que el exilio y lo sabes.
El Uchiha bajo la mirada.
— Y no será permanente, podrás volver cuando yo lo indique. Te irás en cuanto la coronación ocurra.
— ¿Y a dónde, exactamente? —mascullo entre dientes.
— Donde sea necesario. —respondió— No perderás el tiempo, serás mi mensajero.
— ¿Qué? ¿Mensajero? ¿En serio crees que es una buena idea?
— Sí, la mayoría creería que es una estupidez encomendarle mensajería real a un traidor pero, heriste a Madara y le facilitaste a Minato derrotarlo. Eso es suficiente para mi.
Obito se mantuvo callado, Kakashi aún seguía dándole oportunidades que no merecía y que él se negaba a creer que fueran verdad. Pero ahora, ansiaba ser algo más que un traidor y si el futuro rey le tenía confianza, debía honrar su nombre.
— Como usted ordene, su Alteza.
[...]
— Escuché que tu heredero trajo consigo a mi sobrino. —mascullo Fugaku a su lado.
— Está con él en este momento. —respondió Kushina.
— Un día lleno de emociones, ¿cierto?
— Ni que lo digas. —Kushina se giró hacia él— ¿A quién te llevarás en su lugar?
— Al Sargento Sarutobi, nuestros mejores hombres merecen un descanso.
— Si, supongo que Mikoto extraña mucho a su querido hijo.
— Hmp, más de lo que esperaba. —sonrió un poco— Como si fuera a permitir que algo le pasará a mi propio hijo.
— Bueno, ya lo viste, hay cosas que no podemos controlar. —susurró la reina.
— Yo no... Lo siento, Kushina.
— Esta bien Fugaku, se que soy la reina y debería ser invencible pero, no podría olvidar a Minato ni volviendo a nacer. —Kushina bajó la mirada, sintiendo que su corazón volvía a romperse— Y yo sólo debo seguir adelante, por el bien de mi nación.
Fugaku la abrazó, pensando que hubo una época donde ambos estuvieron al mismo nivel, donde estaban unidos por Minato y ahora lo único que evitaba que se separaran era su ausencia.
— Dijiste que tenías algo que decirme. —susurró la pelirroja separándose de él un poco.
— Venía furioso a decirle a tu príncipe de porcelana que era un tonto por traer a Obito hasta aquí. —Kushina rió— Pero supongo que será para después, tomate.
— ¡Oye! Sigo siendo la Reina.
— Y cuando te quiten tu corona, seguiremos siendo familia.
Kushina sonrió un poco, el Coronel no era muy expresivo pero ahora que tanto lo necesitaba, él era capaz de hacerle sentir que no todo estaba perdido y sobre todo, que no estaba sola.
Aún había esperanza.
[...]
En medio de la ciudad, entre el bullicio y mientras esperaba pacientemente afuera del Edificio, un cartel amarillo colgado a la lejanía llamó la atención. La azabache se acercó con cautela y lo que leyó le detuvo el corazón:
"Presentación del Príncipe mayor Kakashi Hatake Namikaze.
En el Palacio Real. 8 p.m.
El evento será televisado para el pueblo y sus alrededores."
Lina soltó el papel, después de tanto tiempo, al fin lo había encontrado y ahora era más alcanzable que nunca.
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Rey de Plata.
Fanfic"Juro solemnemente que daré mi vida por mi Rey y mi país, sin importar las circunstancias y la adversidad, si mi Rey esta a salvo, abre cumplido mi palabra." Después de un secuestro que la ha destruido por completo, la Comandante Rin Nohara es lleva...