— ¿Y bien? —preguntó el Príncipe jadeante.
— Hmp. —gruño Sasuke— No me has echo ni sudar.
Y era cierto, el Uchiha estaba de pie en la mitad del jardín como si nada, después de una hora de entrenamiento. Naruto bufo.
— Bueno, jamás había entrenado así, supongo que ya mejorare.
Sasuke sólo lo miro de reojo. Como él, Naruto cargaba con un legado sin embargo, ninguno de los dos se conectaba, de eso estaba seguro.
— Levántate, aún no ha terminado.
— ¡¿Qué?! —gritó el rubio— C-Creí que ya era todo.
— A penas es el calentamiento. No te irás de aquí en unas horas, ¿acaso tenías que ir a algún lugar?
Naruto desvió la mirada, se suponía que comería con Hinata y luego a sus clases. Sacudió la cabeza, aún deseaba probar que era digno hijo de su padre, que él también podría ser un gran Rey.
— Levántate. —volvió a ordenar el azabache.
— Sólo, dame un momento. —se levantó, dirigiéndose hacia la puerta.
Sasuke se dejó caer sobre una banca exasperado, debía estar en su hogar cuidando de su madre hasta que su padre y hermano volvieran. Pero ahí estaba, atrapado con un Príncipe que seguramente jamás usaría el entrenamiento, sólo perdía su tiempo en alguien que podría tener una cuadrilla a su disposición, ¿por qué él?
— Yamato. —llamó Naruto— Yamato, ¿dónde estás?
En su lugar, tras la puerta apareció Hinata, con una tímida sonrisa.
— Hinata, yo... ¿Qué haces aquí?
— El Teniente Yamato fue al baño, m-me pidió que te vigilará. —la azabache era nerviosismo puro.
Aún con el hecho que era su "prometido" le parecía demasiado nuevo para dirigirse con naturalidad.
— Ya no importa, quiero hablar contigo.
— ¿Q-Qué ocurre?
— No podré comer contigo, estaré entrenando. —se rasco la nuca, quería ir con ella pero, pero primero estaba su padre— Lo lamento.
La Hyuga le sonrió.
— Este bien, Príncipe Naruto. —respondió— Podré verme con la Reina Kushina.
— ¡Gracias Hina! —la azabache se sonrojó— ¡Ah! Y sólo Naruto.
— De acuerdo, Naruto.
— ¡Oye! ¡Ven aquí, aún tenemos mucho trabajo! —gritó Sasuke desde el exterior.
El rubio se despidió y corrió hasta el Uchiha. Por primera vez, desde la partida de Minato, Naruto sentía que podía cambiar las cosas.
[...]
Kakashi se dejó caer sobre la silla, rompió la envoltura de la venda y la colocó sobre la herida sangrante de su pierna. Sabía que Minato estuvo ahí, ¿ahora dónde podía estar? Cuando terminó con su pierna, tomó la radio a un lado de la bala que acababa de retirar y la ajustó en la frecuencia para llamar al Palacio.
— Comandante Gai a su servicio. —musitó su amigo desde el otro lado.
— Gai, soy Kakashi. —silencio— ¿Gai?— ¡Me alegra tanto escucharte! ¡¿Estás bien?! ¡¿Estás herido?! ¡¿Quieres que vaya?! —preguntó con emoción, ¿Qué fuera? Ni pensarlo, ya casi lo perdía en una misión no volvería a correr el riesgo.
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Rey de Plata.
Fiksi Penggemar"Juro solemnemente que daré mi vida por mi Rey y mi país, sin importar las circunstancias y la adversidad, si mi Rey esta a salvo, abre cumplido mi palabra." Después de un secuestro que la ha destruido por completo, la Comandante Rin Nohara es lleva...