Capítulo 46 I Dejarte ir.

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Lina fue llevaba ante Kakashi esposada y guiada por dos guardias. Era ridículo, ¡ella era su madre! Y sin embargo, era tratada como una enemiga.

—La señora Lina Konatsu, su Alteza. —vociferó Shikaku.

Kakashi les ordenó a todos que se retiraran pero no le quitó las esposas.

—Dilo ya, ¿qué vas a hacer conmigo? —dijo la azabache con desesperación.

—Nada. —respondió él.

¿A dónde había ido todo ese odio? ¿Dónde quedó su voz llena de veneno?

—Pareces sorprendida. —en su lugar, Kakashi hablaba con elegancia y encanto.

—Y-yo creí que... —suspiró— creí que tú me odiabas.

—Las cosas son más complicadas que eso. Ahora soy un rey y no puedo estar detrás de ti todo el tiempo Lina solo porque recordaste que existo. —ahora mas que nunca, le pareció que Kakashi estaba muy lejos— No te daré lo que pides ni tampoco te daré más de mi.

Lina fruncio el ceño.

—¡¿Eso qué significa?! —gritó— ¡Estabas furioso conmigo! ¡Me gritaste y a la Comandante! ¡Hiciste todo lo posible para que me alejará de ti y ahora me dices que no me darás nada tuyo! ¡Eso no tiene ningún sentido!

El rey río ante la reacción de la mujer y ella sólo pudo observarlo más confundida, ¿de verdad era él?

—No le veo lo divertido. —gruñó.

—¿Qué creiste que te iba a hacer? —dijo él con tono burlón.

—No lo sé, ¿vengarte? —o al menos eso deseaba Lina, quizás así estarían a mano y finalmente, él accedería a darle lo que pedía.

—No hay necesidad de venganza Lina, ya no te pertenezco y ese es tu peor castigo. —el corazón se le detuvo un momento ante las palabras del monarca— He negociado con el Reino de la Tierra para que seas deportada junto a tu familia de vuelta lo más pronto posible.

—¡No! ¡Kakashi yo...! —se ahogó en sus palabras, tratando de persuadirlo de su decisión.

—Partes al anochecer. —siguió diciendo— Pasé la mitad de mi vida buscándote pero me di cuenta que siempre he tenido a una madre que me ama, una familia en este palacio y un deber por cumplir, siempre lo he tenido todo.

Ella aún seguía en shock ante lo que le deparaba el futuro.

—Creo que la mejor decisión que he tomado fue dejarte ir, —murmuró con una leve sonrisa— esperó que tú también lo hagas.

—¡Kakashi, espera!

—Adiós, Lina. —le apretó un poco el brazo y se dio media vuelta.

—¡No te vayas, no me dejes! —gritó Lina mientras los guardias se la llevaban.

Ahora era ella quien le imploraba que no la dejase, irónico ¿cierto?

Mientras abandonaba el palacio, Lina sentía como toda la historia que habían compartido se desmoronaba con cada paso que daba. Todo se iba, sin que ella pudiese hacer nada, cada recuerdo de su pequeño de cuatro años deseoso de ser capitán se esfumaba, cada beso qué le dio y cada palabra que le dedicó. Todo.
Se tocó el pecho a la altura del corazón, de repente se sentía extremadamente vacía y desesperadamente sola, tanto que comenzó a sollozar. Nunca antes se sintió tan mal como cuando Kakashi salió por completo de su vida y no tenía intensión de regresar
¿de verdad merecía esto? ¿Merecía no tener a Kakashi?

Contempló el palacio una última vez, llevaba años buscándolo y ahora que ya no tenía que hacerlo ¿qué más le quedaba?
Él era único e irrepetible y en el fondo esperaba que se volvieran a encontrar, pero esta vez, que su final fuera uno menos doloroso.

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