—El Sargento Uchiha, Majestad. —anunció Shikaku entrando al despacho del platino junto al anterior nombrado.
—Comandante. —corrigió el azabache— Sólo en el Ejército Akatsuki fui Sargento.
—Me disculpo. —Shikaku abandonó la habitación dejándolos solos.
—¿Siempre es así de serio? —preguntó con tono burlesco.
—Sí. —respondió— Toma asiento.
Obito obedeció.
—¿Qué tal esta Gai? ¿Vendrá a la coronación?
—No, él no vendrá, aún esta en recuperación pero esta estable, Shizune cuidará de él. —Kakashi se levantó— Pero no te traje aquí para eso. Me pediste un trato.
Obito lo miró a los ojos, sintiéndose intimidado ante la mirada bicolor de su rey. Además del trato para sus soldados, Obito había pedido un trato para él, ahora más que nunca deseaba quedarse, por recuperar el tiempo perdido.
—Tu trato no mejorará, —el azabache agachó la cabeza— sin embargo, no tendrás que irte hoy, te daré una semana para despedirte y tener en claro tu deber a partir de ahora.
—Gracias. —el azabache sonrió, era mejor de lo que esperaba— Aunque, ¿de verdad quieres que sea tu mensajero? ¿Después de todo lo que paso?
—Por supuesto, volviste ¿no es así? —Obito hizo una mueca.
—Pero claro que sí. —musitó— Después de todo lo que haz hecho por mi, no iba a dejarte solo, pecas. —se burló Obito e instintivamente, Kakashi se tocó el rostro antes de soltar un bufido.
—Como decía... —siguió con cierta molesta.
—¿Qué? ¿No te gustan tus pecas? —musitó con una sonrisa el azabache.
Kakashi tensó la mandíbula. No, no le gustaban porque su madre también las tenía y era otro constante recuerdo del lazo que intentaba olvidar.
—Tus amigos. —siguió Kakashi, ignorando su pregunta— Serán exiliados, sin oportunidad de volver a pisar este reino. Pero, los reubicaré en un pueblo pequeño que pertenece a Konoha y servirán al Reino de la Hoja por el resto de sus vidas, no hay otra opción.
—Es un buen trato, uno grandioso. Muchas gracias. —era mucho mejor que ser exiliado por tu cuenta— ¿Qué hay de Danzo?
El platino suspiró.
—Lo ejecutarán. —dijo— Mi madre dictó su sentencia, fue su última orden como Reina.
Obito no dijo nada, ese hombre merecía la sentencia, aún con lo crudo que podía escucharse.
—Si ya no hay nada que quiera decirme, entonces me retiró, príncipe. —el azabache sonrió, esperando que fuera la última vez que lo llamase así.
—Espero verte en la coronación, Obito.
—Estaré ahí amigo, no te preocupes. —musitó dirigiéndose a la puerta. Kakashi río.
—Ha pasado un tiempo desde que me llamaron así. —susurró más para si que para él.
—¿De verdad? Pues de lo que se pierden.
Y se fue.
[...]
La coronación estaba por comenzar. Y por primera vez en mucho tiempo, llevaba puesto un vestido formal para la ocasión y no pudo evitar sentirse extraña, Rin era la única mujer en el palco —reservado para altos cargos del Ejército Real y la Guardia Militar— por lo que destacaba enormemente. Aún así, se sintió agradecida de poder ver a Kakashi convertirse en rey desde tan cerca, era como la conclusión de una larga historia que tenía —de una buena vez— un final feliz.
ESTÁS LEYENDO
Rey de Plata.
Fanfiction"Juro solemnemente que daré mi vida por mi Rey y mi país, sin importar las circunstancias y la adversidad, si mi Rey esta a salvo, abre cumplido mi palabra." Después de un secuestro que la ha destruido por completo, la Comandante Rin Nohara es lleva...