Capítulo 15 I Perdido en el Campo de Batalla.

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Minato sólo podía contemplar cómo se alejaban más y más del Cuartel 7, el sonido de las balas y la imagen de una fortaleza destrozada.

- Debemos volver -gruño. No lo iba a dejar. No a él.

- Con todo respeto, Majestad, no vamos a volver. Su vida es primero. -replicó Shikaku con la mirada en al frente.

- Pero Kakashi está ahí...

- El Capitán Hatake hizo lo que todos nosotros, cumplió su juramento y debemos de seguir moviéndonos si queremos que valga la pena. -lo interrumpió el Nara con firmeza.

Tenía razón, se estaba dejando llevar por sus emociones y ahora, su decisión de venir al frente debía repercutir en algo.

- Bien, ¿ahora qué hacemos? -se dejó caer sobre el respaldo del asiento.

- Trazar una estrategia, reunir a nuestras tropas y atacar. -enumeró Fugaku- Pero antes, necesitamos una locación.

- Y supongo que Madara está al tanto de todos nuestros Cuarteles y el Palacio es un riesgo mucho mayor. -Shikaku, quien estaba junto al Rey trataba de encontrar un lugar donde instalarse, donde su progreso ni su Rey se vieran afectados.

- ¿Qué hay de nuestra casa, papá? -sugirió Itachi.

- ¡¿Qué?! ¡Ni de broma! -gruño su padre- Significaría atraer a todo el Ejército Akatsuki, ¡no voy a arriesgar a tu madre ni a tu hermano de esa forma!

El vehículo se quedó en silencio, era increíble que siendo una fortaleza no tuvieran a donde ir.

- Tengo un lugar -musitó Minato- No creo que tengamos problemas, no hay nadie que lo conozca ni siquiera Kushina.

Shikaku y Fugaku se miraron entre ellos, no había tiempo para réplicas, era momento de actuar. Ante el silencio, Minato se inclinó hacia el frente y le indicó a Itachi hacia dónde ir.

El ataque había sido una amenaza y no dejaría que Madara quedará impune.

[...]

Envuelto en la lluvia de balas, Kakashi apenas tenía visualización de los hombres heridos del ER mientras que aún veía más nubes Rojas aproximarse.

- C-Capitán -a unos cuantos metros de él pudo visualizar a la muchacha caída, con la mancha de sangre en su abdomen.

Kakashi empezó a disparar a sus enemigos, eran demasiados pero su puntería era perfecta y pudo abrirse paso hasta su compañera, quizás debió llevarse a Shizune con él.
Al llegar hasta la muchacha de cabello azul, comprimió la herida y rasgo un pedazo de su uniforme para hacer un torniquete, no era una solución pero resistiría hasta que la pudiera sacar de ahí.

- Debemos reunir a nuestros soldados. -tomó el rifle de ella- No quiero que te muevas, alguien vendrá por ti.

- Y-Yo debo ir... -trató de replicar pero ante la mirada severa de su superior sólo asintió.

- Bien, te dejaré esta arma -sacó una pistola de su bolsillo- No hagas una estupidez Anko, ya hiciste suficiente.

Veía en la mirada de la mujer que en cuanto él se fuera, se levantaría como pudiera y lo ayudaría a proteger a sus compañeros.

- S-Sí. -No le podía replicar a Kakashi.

El platino se dispuso a salir de ahí, no dejaría que esos hombres tomarán su base, tal vez, si localizaba al líder y lo derrotaba los demás darían marcha atrás, lo suficiente para reagruparse, para llamar a un cuerpo médico, para volver a localizar a Minato.
Los disparos a su cabeza no se hicieron esperar, pero en poco tiempo lo localizó. Un hombre pelirrojo y de ojos púrpura detrás de dos soldados, ni siquiera tenía rifle o un chaleco; sólo estaba ahí para contemplar el espectáculo.

Con supremacía, dirigió a los soldados que avanzaban sin descanso, echando atrás al enemigo dejándolos heridos pero no muertos, de acuerdo a la filosofía de su Rey, matar al enemigo que no lo mereciera era indigno y cruel.
Así que ahora, lo único que lo separaba de su objetivo era el hombre de cabello naranja y la mujer pequeña a su lado.

- ¡Aún lado! -ordenó. Dos soldados a sus lados apuntaban a la cabeza de sus enemigos.

- ¡No nos moveremos! ¡Tenemos que proteger a nuestro líder! -mascullo Konan.

- ¡Lárguense, esta no es su batalla!

- ¡No sabes de lo que estás hablando! Después de todo, la guerra sigue y ¿quién nos ha inducido a ella? -Yahiko parecía tan convencido de sus palabras sin saber realmente la verdad.

- Bueno, quizás deberías preguntarle a tu líder. -cuando ambos chicos se voltearon, el Hatake aprovechó para noquearles- Incluso a tus lacayos les ha mentido, Nagato.

El pelirrojo lo miró horrorizado e intentó huir pero aún con una bala en la pierna Kakashi fue más rápido.

- No irás a ningún lado, aún debes pagar por tus crímenes.

- ¡¿Crímenes?! ¡¿Llamas a la paz crimen?! -gritó, tratando de zafarse de su agarre.

- Creo que idolatras a Madara de forma errónea -susurró el platino- ¿Oh quién crees que inició todo esto?

- ¡No! No, no, no. -parecía tan desesperado, deseando algo que nunca iba a llegar- ¡Él iba a salvarnos! ¡A purgar el mundo por el bien de todos!

Miró a Kakashi un instante, lo que él decía era una mentía ¡debía serlo! No había arriesgado todo por algo tan banal como como una venganza de hombres poderosos. Furioso, se abalanzó sobre el Hatake pero sus esfuerzos fueron en vano y cayó al suelo inconsciente.

- ¡Capitán! -gritó un soldado, con Anko en brazos.

- Yo me lo llevaré, nuestra prioridad ahora es atender a los heridos. -un mareo lo azotó.

- Capitán, está herido. -ignorando las palabras del platino, se acercó hasta él.

- Estoy bien, en cuanto lleguen los refuerzos envía a los heridos al hospital y espero que ya estén agrupados. -se agachó para tomar a Nagato y cargarlo en su hombro, otro mareo más- Y contacta al Comandante Gai.

- ¿Capitán?

Escuchaba los vehículos arribar, las voces de sus hombres y los quejidos de los heridos. Sin Nagato, Madara caería en poco tiempo, sólo era cuestión de encontrarlo.

Y a Minato.

[...]

- ¿Qué es este lugar? -indagó Fugaku, mientras entraba tras su hijo.

- Una casa. -obvio Shikaku con una sonrisa.

- Ya lo sé, pero ¿de quién es? ¿Cómo conoces este lugar, Minato?

- Es de Kakashi, bueno, era ya saben antes de... -se interrumpió a él mismo- Aquí no podrán encontrarnos.

Los hombres se sentaron alrededor de la mesa. El plan era sencillo, la reagrupación era lo primordial y obligar a Madara a salir de su fortaleza sería lo más prudente. Era evidente que lo habían subestimado y que su estrategia debía ser mejor.

- Sargento, Sargento Uchiha. -el radio de Itachi, hasta el momento silencioso se hizo escuchar.

- Aquí Sargento Uchiha, ¿cuál es su situación?

- Se le informa que ha sido capturado el Teniente Nagato, juntó a los cabos, Yahiko y Konan.

La sala se quedó en silencio, la debilidad de su enemigo era inminente, ideal y aun así, Minato tenía un mal presentimiento.

- ¿Quién los capturó? -musito Itachi, sin despegar la mirada del Rey.

- El Capitán Hatake. -respondió el hombre al otro lado.

- Quiero hablar con Kakashi. -dijo el Rey, incorporándose.

--- Pon al Capitán en la radio.

--- El Capitán Hatake no llegó junto a los capturados. ---de nuevo, silencio.--- Esperamos órdenes.

Fugaku, Shikaku e Itachi mantuvieron la vista fija en su Rey. Era hora y no había marcha atrás.

--- Atacaremos.

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