8 de febrero:
- ¡Sam! ¡Despierta! - se incorporó bruscamente, luego maldijo por lo bajo. En los últimos días no había pegado ojo. – Han venido tus amigos. Creo que Megan trae noticias de Hogwarts.
- ¡Ya voy, mamá! – exclamó ella a través de la puerta mientras buscaba una sudadera para ponerse. Se recogió el pelo en una trenza y bajó las escaleras despacio. Hacía mucho tiempo que no se mareaba y era imposible que volvieran los dolores de cabeza, pero todavía sentía cierto temor.
Ian estaba sentado en una silla con la cabeza apoyada en una de sus manos, mientras que Megan esperaba de pie, mirando directamente hacia las escaleras.
- Hola. – dijo cuando vio aparecer a su amiga. Ian se puso de pie en seguida. - ¿Cómo estás?
- He tenido días mejores. – respondió Sam al llegar junto a sus amigos. Luego se sentó en el sofá. Ian y Megan parecían inquietos . - ¿Acaso tengo gnomos en la cara? ¿Por qué me miráis así?
- Estás más delgada. – apreció Ian. Sam le observó con inquisición, el muchacho también estaba diferente.
- Habla por ti. – le replicó. - ¿Te has cortado el pelo? Casi te puedo ver el cuero cabelludo...
- No hemos venido a hablar del aspecto de unos y otros. – dijo Megan con firmeza. – Las cosas en Hogwarts van a cambiar.
Ian desvió la mirada y volvió a sentarse en la silla. Sam tampoco prestó mucha atención a las palabras de Megan y suspiró con fastidio.
- No sé si tengo ganas de volver a Hogwarts, Megan. – explicó Sam. – Es más, ya lo he hablado con mis padres y estamos de acuerdo en que...
- No te estoy obligando a que vuelvas a Hogwarts. – le interrumpió con algo de brusquedad. Intentó suavizar su tono al comprobar que quizá se hubiera pasado. – Quiero decir... comprendo que después de lo que pasó en las cañerías ninguno tenga ganas de volver al Castillo, pero... me gustaría explicaros primero cual va a ser la situación de Hogwarts a partir de ahora.
- Adelante. – dijo Sam tras meditarlo unos segundos. Luego señaló a su lado en el sofá para que Megan se sentara.
- Lo primero: mi abuelo ha sido destituido. – declaró cruzándose de brazos y desviando la mirada.
- ¿Cómo? – preguntó Sam muy sorprendida. - ¿Han despedido al señor Bennet?
- La Primer Ministro insiste en que no ha sido despedido del todo pues en el Ministerio todavía la necesitan, pero le han relevado de todos sus cargos importantes y ya no está al mando del Departamento de Aurores. Aunque no creo que se lo haya dicho directamente, Robbins piensa que mi abuelo es el culpable de que Fabianne Aglier llegara a Hogwarts y lo cierto es... que no le falta razón.
- Pero tu abuelo no sabía cuáles eran las verdaderas intenciones de esa mujer. – protestó Sam. – No es el único que lo pensó y muchos votaron...
- Ya. Pero él fue quien le dio la oportunidad de que pudiera ir a juicio en el Ministerio. Además, defendió que fuera la sustituta de Blake en Hogwarts.
Se produjo un breve silencio en la que las dos chicas pusieron sus ojos en Ian. El chico no había dicho nada y tampoco parecía sorprendido por la suspensión del señor Bennet. Sam conocía lo suficiente a Ian como para saber lo que estaba pasando por su mente.
- Puedes decirlo si quieres. – dijo finalmente Megan. Ella conocía mejor que nadie a Ian. – No me harás sentir mal. Sé que piensas que es lo justo y que todos los que votaron para que Aglier fuera a Hogwarts merecerían un castigo similar al de mi abuelo. Se lo merecen. Por Alice.
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Historias de Hogwarts III: la Resistencia
FanfictionEl desenlace de la Décima y la Resistencia, ¿quienes son los buenos? ¿realmente existen los malos? Los cambios no se han producido únicamente en Hogwarts y nuestros jóvenes protagonistas empiezan a comprender lo real de la situación.