37. El búnker de la Resistencia

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Aunque la cripta era oscura, las escaleras no condujeron a un lugar mucho más luminoso. Pero allí, el espacio era cinco veces mayor que el anterior. Las paredes eran metálicas como los techos, que estaban muy altos. Parecía un almacén que no podía cumplir su función, un amplio espacio donde no había nada ni nadie más que Fabie y Jake.

- Allí. – señaló Fabie con su varita. Había una puerta de grandes proporciones que parecía abrirse subiéndose.

- ¡Espera! – la llamó Jake. En la cripta habían tenido suerte al usar lumos y que no fuera una trampa, pero allí abajo no estaba dispuesto a arriesgarse de nuevo. – Debe estar hechizada. - Fabie frunció el ceño. - No me mires así. Después del cuidado que Charly ha tenido durante años para que no la encontráramos, ¿de verdad crees que será tan fácil pasar?

Se cruzó de brazos como respuesta y desvió la vista con desganas. Era imposible que su hermana quisiera hacerle daño a Jake o a ella, pero estaba claro que si la puerta estaba hechizada también les afectaría a ellos.

- ¿Entonces que propones?

Pero antes de que terminara de formularle la pregunta, Jake ya se había puesto a dar vueltas por el almacén buscando cualquier cosa. Sin embargo, aquello estaba totalmente vacío. No había ni una pequeña piedrecita, tan solo una gotera de humedad cercana a la puerta...Entonces, Fabie le apretó el brazo con fuerza. Jake siguió la mirada tensa de Fabie. Había una paloma blanca posada en el suelo, cerca de las escaleras que subían a la cripta.

- La conozco. – le dijo en voz baja como si el animal pudiera escucharlos. – Después de que se formara la Resistencia extremista, Gris siempre iba con ella. Además... fue quién se llevó su cuerpo cuando pensé que había muerto.

Jake la apuntó con la varita y le sorprendió que Fabie no hiciera lo mismo. La paloma echó a volar y se introdujo por un diminuto hueco de ventilación que había en el techo.

Si lo que ella le había contado era cierto, Charlotte estaba en manos de la Resistencia, una opción que Jake nunca había descartado.

- Le avisará. – susurró Fabie totalmente convencida.

La miró con preocupación, pero mientras se acercaba al conducto de ventilación se le ocurrió algo.

- ¡Engorgio! – el pequeño hueco comenzó a agrandarse hasta adoptar las proporciones justas para que una persona pudiera atravesarlo de rodillas.

Fabie creyó captar su plan.

- Y ahora usaras Ascendio para elevarte y poder...

- No. – le interrumpió. – Tú serás la que se eleve y pasará por el túnel.

Ella se rio con ironía.

- Ya, claro ¿No recuerdas que tengo claustrofobia? No me meto ahí por nada en el mundo...

- ¿Ni siquiera por tu hermana?

Fabie se puso roja y lo miró con desagrado. Jake se arrepintió en seguida.

- No quiero molestarte. – dijo. – Pero no tenemos tiempo de discutir si estás tan convencida de que esa paloma está del lado de Gris. Yo no quepo – añadió señalando el hueco. – O puede que sí, pero me costaría mucho más trabajo que a ti desplazarme por ahí. Luego buscarás la forma de hacer que pueda pasar contigo al otro lado...

- Vamos. – le dijo mientras se desprendía de la capa que había conseguido en Targenia.

Jake sonrió al verla nuevamente en pijama. Fabie bufó, aunque sabía que aquella sonrisa era también una forma de aliviar tensiones. No lo veía tan serio desde los tiempos de la Resistencia. Cuando Charlotte se fue también dejó de sonreír, pero entonces no era seriedad, sino una profunda tristeza que ni siquiera ella había podido hacer desaparecer del todo.

Historias de Hogwarts III: la ResistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora