40. La batalla de los alquimistas

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Charlotte miró a Jake apenas unos segundos. Fabie trató de levantarse, alzando una mano como si así pudiera tocarla, pero acabó rápido. Su hermana volvió sobre sus pasos y cerró la puerta tras de sí como si allí no estuviera pasando nada.

Esos segundos fueron aprovechados por Gris para arremeter con toda su magia. El líder de la Resistencia levantó sus manos, donde comenzó a concentrarse una bola de agua que cada vez se hacía más grande. Si Jake Blake hubiera estado atento habría apreciado la dificultad de crear aquello sin necesidad de canalizar el agua de una superficie ya existente. El agua la estaba creando él. Para cuando el exauror fue consciente, la bola de agua ya lo había atrapado. Con sus manos, Gris controló el cuerpo de Blake dentro de la masa del agua de arriba abajo. Subió hasta golpearlo con el techo, y luego bajó para darle con el suelo.

Fabie chillaba mientras veía como lo destrozaba. El agua comenzaba a mezclarse con su sangre.

Danny intentó concentrarse en ella, tratando de ignorar sus gritos, pero su varita había comenzado a temblar. No quería mirar lo que su padre estaba haciendo, Blake le había arrebatado a su padre hace cinco años y a su madre no había podido conocerla antes por su culpa. Se lo merecía, pero...

Tiró la varita al suelo, lejos, cerca de la puerta.

- No sigas. – le dijo a su padre con la voz firme.

Gris lo miró con desconcierto. La bola de agua que atrapaba a Blake estalló y su cuerpo cayó al suelo inerte.

- Hijo, este hombre merece sufrir por todo el dolor que nos ha causado.

- Es suficiente. – respondió. – Si sigues lo matarás.

Gris guardó su varita y aceptó lo que su hijo le decía. Fabie gritó una última vez de alivio. A duras penas se acercó a Blake, a quien acunó en su regazo. Gris suspiró con cansancio y volvió a sacar su varita, en aquella ocasión para ir contra Fabie.

- No. – Danny volvió a pararlo. A Gris estaba empezando a disgustarle que su hijo le diera tantas órdenes, pero Danny no se dio cuenta de su expresión. Miraba a Fabie fijamente. – Lo haré yo.

El líder de la Resistencia volvió a aceptar la petición de su hijo, deseoso de saber cómo emplearía su poder contra aquella mujer a la que ahora odiaba. Pero un crujido indicó como la varita se rompía antes de que pudiera acercarse a ella para recogerla del suelo.

La puerta se había abierto nuevamente y cuando los dos volvieron la vista descubrieron que se trataba de Lucas, el cual, después de pisarla, recogió los restos para luego tirarlos con desprecio. Apuntó a Danny con su varita. El muchacho quedó tan desconcertado que no tuvo reacción. Gris cada vez estaba más furioso.

- Eres un maldito mentiroso. – dijo Lucas a penas en un susurro. Estaba tan enfadado que Danny no fue capaz de reconocer su expresión. – Pagarás por lo que has hecho.

- ¡Lucas, por Merlín! – exclamó Will interponiéndose. Danny volvió a quedar desconcertado, ¿qué estaban haciendo allí? ¿cómo habían descubierto la ubicación de la base? - ¿No te das cuenta? – a pesar de lo amenazante de su amigo, se atrevió a acercarse. – Todos cometemos errores de una forma o de otra y este error no te corresponde a ti juzgarlo. Yo también me equivoqué cuando volví. Tenía que haber ido a ver a mi mejor amigo antes que cualquier otra cosa. – alargó lentamente la mano y consiguió que bajara la varita. – Estoy aquí.

Lucas estaba llorando cuando la varita resbaló de su mano, pero su expresión volvió a transformarse cuando cayó de rodillas frente a Will. Su amigo se tiró al suelo junto a él cuando este comenzó a chillar.

Historias de Hogwarts III: la ResistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora