24. Dones de la naturaleza

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En la Biblioteca no había sitio y en los exteriores todavía hacía frío. Por eso, Mina y Sam habían quedado en el Gran Comedor. Eran exactamente las seis y media de la mañana del domingo, temprano para que pudieran estar concentradas antes de que empezaran a llegar el resto de alumnos para el desayuno. Por el momento, la estancia estaba totalmente vacía y tan en silencio que si cualquier cosa hubiera caído al suelo, se habría podido escuchar perfectamente en la otra punta. Se habían colocado en la mesa de Ravenclaw, juntas para poder leer Historias de Hogwarts a la vez.

- Está bastante claro que lo que buscan Aglier, la Resistencia o cualquier otra entidad secreta, se relaciona con el Volumen Secreto de los Fundadores. – declaró Mina cuando hubieron terminado de leer el capítulo.

La chica de Slytherin asintió a su lado totalmente convencida.

- La pregunta es si existe realmente ese volumen.

- Claro que existe. Y Aglier estuvo a punto de conseguirlo.

- Explícate. – le exigió Sam. Los grandes ojos de Mina se movían rápidamente repasando las líneas del capítulo.

- Aglier estaba buscando los dones de la naturaleza, mira. – explicó mientras señalaba el final de un párrafo.

Sam leyó en voz alta:

"...sólo aquel que busca sin ambición siguiendo los dones dados por la naturaleza, quizás y solo quizás, encuentre el volumen secreto de los cuatro fundadores."

- Lo recuerdo. – dijo al terminar. – Pero esto de los dones de la naturaleza es muy amplio. Es imposible saber a qué se refiere...

- No es imposible. – le cortó la chica de Ravenclaw pasando las páginas. Sam estaba algo desconcertada. – Al menos no para quién haya leído bien el libro. Lee esto.

"Los creadores en Hogwarts eran magos poderosos, pero lo eran aún más cuando unían su magia. Cada uno era un elemento que se complementaba con el otro, a mejor o a peor, pero encajando a la perfección. Esta magia se hacía más efectiva dependiendo de las combinaciones. Por ejemplo, Godric era más fuerte cuando se unía con Rowena, pero perdía eficacia si Salazar actuaba en el lugar de ella. A Helga le ocurría todo lo contraria y prefería complementarse con Salazar y dejar a Godric lejos cuando usaba su magia."

- Supongo que no sólo se refiere a los poderes. – dijo Sam al final. – Sino de las relaciones que mantenían, por eso Godric no quería estar con Salazar y prefería a Rowena...

- No es eso. – le cortó. – Lo dice aquí, en esta misma línea: "cada uno era un elemento que se complementaba con el otro". Y ahora mira estas piedras. – Mina dio la vuelta al pesado libro y rozó con sus dedos las pequeñas piedras incrustadas: roja, verde, amarilla y azul. – Representan a los elementos y también a los fundadores. Cada fundador era un elemento.

Sam empezó a conectarlo todo poco a poco, aunque no lo tenía del todo claro.

- Pero el verde y el amarillo no se corresponden con ningún elemento. El rojo puedo entender que es el fuego de Gryffindor y quizás el azul el agua de Rowena... Bueno, el verde puede ser la tierra, pero el amarillo...

- No, el elemento de Ravenclaw era el aire: "Godric era más fuerte cuando se unía con Rowena". – recitó de memoria. - Si Godric es fuego, el agua no le haría más fuerte sino todo lo contrario. Ravenclaw era el aire.

- Entonces las piedras están equivocadas.

Mina curvó los labios.

- Es nuestra vista la que nos confunde. – dijo mientras acariciaba las piedras una última vez antes de sacar la varita. – Recuerdo haber leído el libro en sitios diferentes: la Torre de Ravenclaw, la Biblioteca... incluso en los patios internos del Castillo. Todas las veces me fijé en las piedras y no siempre tenían el mismo color. Sobre todo en los lugares donde había más luminosidad, los colores cambiaban totalmente. Por eso, quiero probar una cosa. – colocó su varita sobre las piedras incrustadas - ¡Lumos!

Historias de Hogwarts III: la ResistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora