33. El Caso

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Con Alice todavía no podía hablar. Su vuelta había supuesto una extraña reacción en ella. Después de meses sin saber el uno del otro, lo único que consiguió mirándola directamente a los ojos fue hacer que cayera desmayada. Si no hubiera sido por las palabras de Mina, quizás todavía continuara en shock. Y a pesar de todo, Alice no había sido capaz de volverlo a mirar. Con las ganas que tenía Will de tocarla, de abrazarla...

Siempre agradecería a Ian las horas muertas que había pasado con él, escondiéndole del resto del Colegio y prestándole ropa para que pudiera asearse un poco antes de ver a sus compañeros de la Décima. Su amiga de Gryffindor también tuvo una reacción algo exagerada. Nada que no sobrepasar los límites de Adela Long en realidad. También a Mina, a la que había ayudado con Alex durante el verano. Un poco fría en ocasiones, pero buena chica. Hasta se alegró de ver a Sam y Megan, con los que tenía menos relación. Es cierto que se sorprendió al ver a Tim. El chico de Ravenclaw dejó la Décima antes de que el propio Blake desapareciera. Habían pasado tantas cosas en su ausencia... Tenía que ordenar su regreso a la vida y hablar con McGonagall o las autoridades mágicas en seguida, pero antes estaba Lucas.

Esperaba verlo junto con el resto de la Décima, pero después de las palabras de Adela...

"Dejó la Décima cuando descubrió que Blake trabajaba con Aglier. Está muy enfadado con ella y la Resistencia."

Tenía que explicárselo todo antes que nada. Debía de estar realmente enfadado para haber dejado la Décima. Lucas no era de los que dejaban las cosas a la mitad. Si veía que estaba bien, si comprendía que Fabie y Danny no le habían hecho daño, quizás su odio menguara.

El Castillo estaba sumido en un silencio absoluto. Will solo era capaz de escuchar sus propios pasos, dejando un leve eco en los gigantescos pasillos de Hogwarts. Tampoco había ninguna antorcha encendida y puesto que el muchacho todavía no había repuesto su varita perdida en las cañerías, tenía que conformarse con caminar por los pasillos exteriores, los que dejaban entrar la luz de la luna a través de sus ventanas. Repentinamente sobresaltado al ver una luz potente que se acercaba hacia él desde el otro extremo del pasillo, Will se escondió tras una de las gruesas columnas adosadas, esperando no ser visto. ¿Quién podría ser a esas horas? Se apretó contra la dura roca, sintiendo todo su cuerpo en tensión, deseando que no fuera nadie que pudiera reconocerlo. Con lo tarde que era y el ambiente espectral del Castillo, cualquiera podría pensar que se trataba de un fantasma. El reflejo de la luz de la varita cada vez era más intenso y Will se preparó por si tenía que echar a correr.

Una bruja delgada y rápida con un moño apretado que asomaba tras un alto sombrero de pico pasó junto al escondite del muchacho sin prestarle ningún tipo de atención. ¿La directora McGonagall? ¿A dónde iba tan rápido y vestida como si fuera a dar clases? Eran cerca de las tres de la madrugada.

Apenas lo pensó en el tiempo que la directora se marchaba como un rayo de allí. Se olvidó de Lucas y del resto de la Décima. Su intriga por saber a dónde iba McGonagall, que Alice y Adela esperaban en su despacho, era mayor que cualquier otra cosa.

***

- ¡¿Por qué le has dejado que se fuera?!

- ¡No me ha dado tiempo! ¡Se fue sin que yo pudiera...!

- ¡Tenemos que volver a por él! ¡A saber dónde se habrá metido! ¡Si alguien... si le pasa algo...!

- ¡Alice, por favor! – Adela sujetó a la chica por ambos hombros. - ¡Cálmate! Toma aire y suéltalo varias veces o te desmayarás otra vez, chica.

Junto al despacho de McGonagall, las antorchas sí estaban encendidas y Adela podía ver la cara de Alice perfectamente. Había vuelto a ponerse pálida y el labio le temblaba descontroladamente, como si quisiera decir muchas cosas sin tener el permiso de su cuerpo. Adela optó por atraerla hacia sí y abrazarla con fuerza. En seguida se echó a llorar.

Historias de Hogwarts III: la ResistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora