10. Regreso a Hogwarts

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Era muy raro que a mediados de marzo el Expreso de Hogwarts parara en Londres para recoger a los alumnos de la Escuela de Magia y Hechicería. No se respiraba el ambiente caluroso y jovial que cada 1 de septiembre embargaba a los mismos jóvenes magos. Estos se encontraban totalmente fuera de lugar. Con capas, guantes y bufandas hasta arriba, trataban de cargar sus pertenencias al tren.

- Todo va a volver a la normalidad.

- Volver a Hogwarts por estas fechas no es normal, mamá. – respondió Adela después de que su madre le diera un beso en la cabeza. – Además, faltan muchos alumnos... - sintió una especie de retortijón en el corazón al acordarse de Lucas.

- En cuanto vean que todo vuelve a la normalidad volverán a incorporarse. – le dijo Martha Long a su hija mientras le colocaba correctamente el abrigo de Sylvia.

Adela echó un último vistazo al andén nueve y tres cuartos. Efectivamente muchos de sus compañeros habían decidido no volver a Hogwarts. De su casa sólo se había topado con unos pocos que le sonaban de otros cursos, hasta Melinda había preferido quedarse con sus padres...

- Será mejor que subamos. – dijo Rose poniéndole una mano sobre el hombro. Adela suspiró y siguió a sus hermanas al interior del Expreso.

En seguida encontraron un compartimento en el que se acomodaron. Se sentaron y no intercambiaron palabras hasta que el tren se puso en marcha.

- Pues antes he visto a June y Margo subiendo al tren. – comentó Rose. El tren ya había salido de la estación y cada vez iba más rápido. – Lo que pasa que estaban subiendo en otro vagón. Seguramente se pasen por aquí dentro de un rato.

- Todos mis amigos van a volver a Hogwarts también. – añadió Sylvia al ver la expresión de su hermana mayor.

Rose asintió a su lado sonriente y luego desplegó un ejemplar de El Profeta que Adela ya había leído. Había cogido la costumbre de revisarlo todas las mañanas por si se producía alguna novedad sobre la Resistencia o Aglier.

- ¿Ves, Adela? No debes preocuparte. Los profesores lo han pensado para que se pueda volver a la normalidad. Como si no hubiera pasado nada.

"Que se lo digan a Will". Pensó con melancolía. Apretó los puños y clavó la vista en el paisaje. Los árboles pasaban a toda velocidad y de fondo, un cielo gris y nublado anunciaba que probablemente volviera a nevar.

La puerta corredera del vagón se abrió. Adela no prestó atención suponiendo que se tratarían de Juno y Margo, pero las voces que hablaron no se correspondían con las de las amigas de su hermana.

- Adela Long, ¿verdad? – preguntó una voz desconocida.

- Sí, es ella – respondió otra en voz más baja.

La chica se giró y las miró con el ceño fruncido. Una chica alta con el rostro redondo y el pelo largo hasta la cintura la miraba con los brazos en jarras. La otra, bastante más menuda y de rasgos más finos, la miraba de reojo. Esta última era Dina, una de las amigas de Hufflepuff de Alice.

- Soy Keylie Foster. – dijo la chica alta que Adela no conocía de nada. – Soy amiga de Alice.

Adela era un poco más bajita que Alice, pero al ponerse de pie descubrió que Keylie probablemente fuera incluso más alta. Estrechó la mano que le había tendido al presentarse.

- ¿Qué tal, Dina? – preguntó a la otra, que al recibir la sonrisa de Adela pareció aliviar tensiones.

- Bien, ¿y tú?

- Volviendo a casa. Supongo. – le habría gustado sonar más segura, haber dicho algo sobre estar deseando de volver o haber echado de menos el Colegio; pero no estaba segura de ello.

Historias de Hogwarts III: la ResistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora