Capitulo 41

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Teo aprieta mis manos, siento las mías sudorosas, escuchar su confesión me tiene con la cabeza a punto de explotar.

Entre él y yo hubo una relación, no tan buena, pero lo que siempre me agrado de él, era su manera de hacerme reír. Teo en ocasiones tiene una actitud egocentrista y solo piensa en él, pero de pronto tiene unos arranques de locura muy dulces donde podemos estar comiendo y juega con la comida, arrojándola o incluso colocarla en su cara solo para hacerme reír.

Pero estoy en una situación donde no sé qué hacer. Estas últimas semanas hemos tenido ciertas cercanías que para nada me desagradan, a mí me gusta la verdad, pero creo que di indicios de algo que no es mutuo. Teo sabe que yo tengo novio, que Illán y yo estamos juntos, –lejos, pero juntos–, y porque ahora me hace esto, jugar con mi mente, decirme que yo le gusto, a estas alturas.

–Teo, debo irme... –suelto sus manos y me toma de mi antebrazo. –Teo...

–Lucia, no lo digo para que te alejes de mí, simplemente me gustas y quiero que estés bien –susurra. –Yo no sacare de mi mente el simple hecho de saber que tú tienes novio, que Illán lo es, porque estoy consciente de ello, además sé que fui un pésimo novio en el pasado, pero supongo que quiero ser un buen amigo ahora –me mira fijo. –Si tú quieres, claro –lo miro

–No dudaría en aceptar tu amistad, pero, ¿Por qué ahora me confiesas que aun sientes gusto por mí?

–Creí que debía ser sincero conmigo y contigo también, lo juro, solo quería ser honesto desde un principio –asiento levemente. –He cambiado y tú lo has notado, ¿Verdad?

–Sí, es muy notorio tu cambio y es agradable –esboza una sonrisa, asiente. – ¿Amigos? –Teo toma mi rostro entre sus manos y se acerca tanto que me deja perpleja, sonríe y deja un beso en mi frente.

–Amigos, Lu... –sonreímos y me suelta. –Deberíamos volver, creo que están preparando una fogata –asiento y ambos caminamos de regreso a la playa.

Reímos mientras volvemos con todos los chicos del viaje, algunos están en grupo riendo y tomando, otros están preparando la fogata. Le dejo saber de inmediato lo maravilloso que se ve el hotel con todas esas luces de navidad encendidas, Teo de acuerdo conmigo de inmediato toma fotos con su móvil y fue un error dejar el mío en la habitación.

Camino junto a Teo, pero me desvió y camino hasta donde se encuentran mis compañeras de habitación, todas ríen y se ve que disfrutan del viaje. Debería de estar como ellas, mañana será un día largo de charlas y todo lo que tiene que ver con la Psicología y otras carreras, así que debería por lo menos pasar esta noche y disfrutarla con mis amigos.

–Hola chicas, ¿Qué tal se la pasan? –una de ellas me entrega un vaso con bebida y lo tomo.

–No tan bien como tú, Lucia, que gracioso verte junto a Teo compitiendo eh...–todas reímos y asiento.

–Al menos él te hace sonreír, venias, no lo sé, muy triste, debes disfrutar de este maravilloso viaje.

–Sí, lo sé, no siempre se viaja a Marbella –todas sonríen y nos relajamos escuchando música. –Disfrutemos la noche.

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Se nos ha pasado un largo rato, hablamos una que otra cosa, nos reímos y disfrutamos de la fogata, algunos comen malvaviscos, otros simplemente, se divierten bailando.

– ¿Alguien pidió un servicio de malvaviscos asados? –Teo habla cerca de mi oído y me sobresalto del susto, mientras que mi piel se eriza.

–Hola Teo, gracias... –sonríe y les entrega a las chicas.

¡Que Comience el Juego! ★ (Bilogía Juegos de Amor #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora