Capitulo Final.

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La pesadez en mis ojos es intensa y me cuesta mucho abrirlos. Me quedo un instante asimilando el hecho de que estoy despierta y soltando un quejido y estirándome sobre el colchón, froto las manos en mis ojos y los abro en su totalidad. Miro el techo de mi habitación y noto los colores naranjas amarillentos del atardecer, ¿Cuánto dormí? ¿Acaso estamos en mi cumpleaños? ¿Qué día es hoy?

Me siento de a poco en mi colchón y estiro mis brazos, muevo mi cabeza de un lado a otro y un carraspeo suave me altera un poco y al voltear a mi lado, observo a Teo. Desvió la mirada al reloj digital sobre la mesita de noche y me doy cuenta que no estamos en mi cumpleaños y que recién son las seis treinta de la tarde. El rubio se acerca y toma asiento al borde del colchón, nos miramos, agacho la mirada.

–Nada ha sido tu culpa, Lucia –le miro. –No tenías idea de que esto podría ocurrir.

– ¿Él? ¿Se ha ido? –asiente levemente. –Mis hermanos, ¿Cómo están? ¿Mi papá?

–Preocupados, se suponía que debíamos dejarte sola, pero debido a que yo logre calmar tu ataque de pánico y ansiedad, tu madre me pidió que esperara a que tu despertaras –estiro mis brazos y tomo sus manos. –Lucia, sé que hoy no debía venir, pero debía contarte algo muy importante, pero todo se complicó con la presencia de Illán.

–No tenía idea de que Illán se arriesgara tanto a venir hasta aquí, me sorprendió verlo delante de mí, entro como si nada y comenzó a pedirme el hablar –niego repetidas veces. –Intente evitar que mis hermanos lo vieran, le pedí que se fuera y él no hizo caso a mis palabras.

–Lucia, lo repito, nada ha sido tu culpa, en cualquier momento tus hermanos lo iban a enfrentar, era cuestión de tiempo –asiento levemente. –Tus hermanos, no han dejado de abordar a tu mamá con respecto al vídeo, ella los evade.

– ¿El vídeo? ¿Yo hable sobre eso? –asiente. –Oh Dios –llevo las manos a mi cabeza. –Si Lorenzo sabe de eso, golpearía tanto a Illán.

–Debes decirle, no se quedara tranquilo, como si nada –niego repetidas veces, Teo toma mis manos. –Lucia, tu hermano te escucha, si hablas con él, si le explicas todo, podrías evitar que enfrente a Illán, él ama a Maggie, se controlaría, será duro, pero lo haría, por ti.

– ¿Que está pasando, que es todo esto? –Teo se acerca a mí, me abraza. –Todo iba bien hasta que Illán... –niego repetidas veces. –Siento que actúa de ese modo por mi culpa, y eso me tiene enferma.

–Bonita, Illán enfrento a Graciela –Teo suelta así sin más, le miro perpleja. –Por lo que me contaron mis amigos, fue en el local donde tú trabajas, ayer por la noche, ya tú habías dejado tu turno –asiento. –Si no es por Manuel, las cosas fueran resultado peor.

– ¿Qué? Pero...

–Illán se volvió loco, comenzó a reclamarle por el vídeo, que lo eliminara, incluso la amenazo con cosas que no mencionaba, pero que mis amigos dicen, pueden existir –tomo una bocanada de aire. –Illán está intentando remediar lo del vídeo, pero lo está haciendo completamente cegado, se enfrenta a como dé lugar, y eso está mal, Lu.

–Graciela podría herirlo, ¿No? –el rubio asiente. –Todo esto está mal, Teo, ni siquiera tú has podido dar con el dichoso vídeo, estoy harta, quiero que todo esto termine.

Nos quedamos en un largo pero no incomodo silencio. Intento digerir todo lo que me ha contado Teo, todo acerca de Illán intentando dar con el vídeo que Graciela tiene en sus manos. Para este punto, ya ni siquiera me importa una mierda que ese vídeo se publique, si me va a perjudicar la vida, los estudios y ya, pues que lo haga, la verdad estoy harta, quiero paz, la necesito y cada vez todo empeora.

¡Que Comience el Juego! ★ (Bilogía Juegos de Amor #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora