Capitulo 34

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No sé si todo fue real, que lo vi, que hablamos, que nos fuimos y que tuvimos sexo.

Estoy con mi cabeza hecha un lio en este momento, porque no sé cómo reaccionaran todos cuando sepan que Illán y yo, vamos en serio. Ayer en cuanto Illán me dejo en casa todos esperaban por mí, nadie me pregunto nada acerca de donde fui y solo les pedí un momento para tomar una ducha rápida, y así despedir a papá.

Me entristeció mucho que se marchara, y más cuando ya las cosas estaban teniendo una mejor cara a comparación desde cuando llego. Me prometió venir más seguido y sé que fue sincero en su promesa.

Ya al día de hoy, me levante muy temprano, me di un buen baño, me coloque algo ligero para venir a la universidad y en este momento me encuentro con la mirada perdida desde las gradas. La voz de Charlie Puth en Done For Me hace que mueva mi cabeza al ritmo de la canción, tarareo mientras que mi pie derecho sube y baja, cierro mis ojos, una repentina brisa me da de lleno y una sonrisa se forma en mis labios.

– ¿Toc, toc? –escucho en cuanto un auricular me es arrebatado. – ¿Buena música? –veo a mi lado, sonrió.

–Teo –este se sienta junto a mí, me da una paleta. –Gracias.

–Mandarina, tu favorito –me guiña y con una sonrisa le agradezco. –Tienes un mejor semblante, no preguntare el motivo, ya se cual es.

– ¿Lo sabes? –asiente. –Me tomo por sorpresa.

–No es para menos, y lo más probable no fuiste la única –me entretengo comiendo de mi paleta. –Espero que las cosas ahora entre ustedes, resulte mejor.

–Eso espero –comento. –Gracias por todo, Teo –le miro fijo, esté alza la comisura de su labio, un intento de sonrisa, pero que a él le luce perfecto. –Hiciste mucho por mí, y tu cambio ha sido maravilloso, este Teo, es el que me agrada mucho más.

–El anterior era un idiota.

–De lo peor... –reímos. –Solo espero que Teo, siempre este a mi rescate.

–No tengo problema de ello –nos miramos fijo. –A mí me agrada tener tu amistad.

Estoy por hablar cuando de pronto mi móvil suena, espero que sea Assia, le he enviado una cantidad de mensajes desde ayer, quiero ser yo, quien le cuente lo de esa supuesta novia de Rubén, digo supuesta porque aún no me lo creo.

Pero al ver el móvil, no es ella, es de casa, lo más probable, mamá. Me disculpo con Teo y contesto, mamá solo me deja saber con prisa que hoy tendremos una cena algo exclusiva y que debo volver en cuanto pueda para ayudarle con esto, además con las fechas decembrinas sobre nosotros, mamá ya quiere adornar la casa y comienza a poner cosas aquí y allá, ella ama la navidad y de seguro hoy es buen motivo para iniciar la decoración.

Al finalizar la llamada, reviso solo para cerciorarme de si Assia se ha reportado, y aun, nada.

– ¿Qué tal esta tu mamá?

–Bien, solo me dejaba saber que debo regresar y ayudarle con unas cosas.

– ¿Tienes clase? –niego. – ¿Y porque continuas aquí? Yo quiero irme ya, pero debo quedarme, te envidio –choco mi hombro a su brazo. – ¿Entraras? Yo debo irme.

–Sí, vamos, de igual modo dejare unas cosas en mi locker y me iré –nos colocamos de pie. –Gracias por la paleta, estaba muy deliciosa.

–Te la devoraste.

–Obvio, era mandarina.

Una sonrisa amplia se forma en sus labios, y ambos bajamos las gradas y entramos. El bullicio es fuerte, están llegando nuevos estudiantes, y como todos los años presas nuevas para los antiguos.

¡Que Comience el Juego! ★ (Bilogía Juegos de Amor #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora