Al oír eso caí en un mar de lágrimas.
-¡Ella no puede morir!. -Me limpie las lágrimas. -¿Qué tipo de sangre necesita?.
-"A" positivo. -Dijo el doctor viendo los expedientes.
-¡Yo soy A positivo!. -Exclame.
-¿Usted donara sangre para la paciente?. -Pregunto el doctor.
-Si la que sea necesaria.
-Muy bien, solo que necesitaremos una buena cantidad.
-No importa ¿Hacía dónde voy, para donarla?.
-Primero. Firmé aquí, para saber que usted aceptó los términos y condiciones para donar. -Dijo entregándome un papel.
No lo pensé dos veces y firme, el doctor me llevo a una sala donde una enfermera me puso un tipo de liga en el brazo, la apretó bastante que casi no sentía el brazo, esperó unos segundos y una pequeña vena se me saltó y ella metió por la vena una aguja que estaba unida con una manguera delgada y comenzó a sacar la sangre que necesitaba.
Al terminar me dio un jugo, para reponerme y un algodón con alcohol, para que no me salga más sangre.Salí del cuarto y me dirigí a la recepción, donde estaban Flor y Eduardo, estaban algo nerviosos.
-Listo. -Dije en voz baja.
-Ojala y la logren salvar. -Dijo Eduardo.
Las horas pasaban y el doctor no salía con noticias, ya habían pasado más de tres horas de que me habían sacado sangre y no teníamos noticias hasta que vi al doctor venir hacía nosotros.
-¿Cómo esta Alejandra doctor?. -Pregunte nervioso.
-La paciente esta bien, ya despertó y pueden pasar a verla. -Sonrió. -Sin más que decir yo me retiro.
-Creo, que será mejor que entre usted primero. -Dije señalando a Flor.
-Okey, en un momento vuelvo.
Flor camino por el pasillo y entro a un cuarto que estaba al final de este, yo me senté y me sentía nervioso, no sabía si entrar a verla.
-¿Qué pasa hermano?. -Dijo Eduardo sentándose junto a mi.
-No se que hacer. -Rasque mi nuca.
-¿Con qué?. -Fruncio el ceño.
-Con Alejandra ¿Qué le diré, con lo que le contó, Zara?.
-¿Creés que aún lo recuerde?. -Dijo mirándome.
-Eso creo. -Suspire.
-Entonces, explícale como sucedieron las cosas, porque conociendo a Zara, tal vez distorsionó la historia.
-Si... Debo de hablar con ella, porque no quiero perderla. -Mire a Eduardo.
-Lucha por ella, no te rindas por culpa de Zara.
En eso vi que Flor venía hacía nosotros, me levanté del asiento y me dirigí al cuarto, me paré frente a la puerta respire profundo y entré.
Al entrar la vi recostada, se veía algo palida y me dolía verla así, me sentía un idiota, por no haber hecho algo para evitar que le disparara ese tipo.-¿Qué haces aquí?. -Dijo en un tono de voz fuerte.
-Vine a verte mi amor...
-No me digas así ¿Después de lo que me ocultaste? ¿Tienes el descaro de decirme, mi amor?. -Una lágrima broto de sus ojos.
-Dejame explicarte, como sucedieron las cosas. -Dije arrogante. -¿O le vas a creer a esa tipa? Que tal vez ni te dijo la verdad, si no puras mentiras.
-Entonces, dime ¿Cuál es la verdad?. -Me miro enojada.
-Pues mira. Principalmente, cálmate, estás muy delicada y no quiero que te pase nada. -Me senté en una silla que estaba al lado de la cama. -A ella la conocí en una fiesta de un viejo amigo mío, yo y él tomábamos unos tragos y ella llego y se presentó. Al principio se veía hermosa y como si fuese una santa, pero todo lo contrario, coqueteaba con todo hombre que veía de la fiesta.
-Claro ¿Y eso que tiene que ver con que hayan tenido sexo? -Dijo resaltando la palabra sexo.
-Pues que ella, me propuso que lo hiciéramos, pero me negué así que ella me emborracho y ya no recorde mas solo recuerdo que estaba en su habitación y desnudo, ella recostada a mi lado y desnuda. Yo no quise pensar que fue lo que más pasó, así que me vesti y me fui de ahí. -Cruce mis brazos. -Y eso se repitió hace unos días y no te dije nada porque no te quería lastimar. Porque surgió de la misma manera, me embriagó y tuvimos relaciones, porque estaba ebrio al grado de no recordar nada.
-¿Y eso es verdad?. -Bajo la mirada.
-Te lo juro. -Tomé sus manos.
-Me lo hubieras contado y así no le creería a esa chica.
-Sabes que yo seria incapaz de hacerte daño. -La mire a los ojos.
Se lanzo hacía mí y me dio un beso en los labios el cual yo correspondi sentí como su lengua y la mía jugeteaban, por la tensión mis manos fueron bajando a su cintura y hice presión.
-Auch. -Susurro.
-Lo siento. -Me separé rápidamente de ella.
-No te preocupes.
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MI MOTOCICLISTA
Lãng mạnJavier es un mujeriego que no cree en el amor, pero caerá en las garras de el amor cuando conozca a Alejandra. Ella esta enamorada de un hombre que cree imposible tener, y ese hombre es Javier. Pero eso cambiara cuando el se de cuenta que ella es...