CAPÍTULO 86 "LA DEPRESIÓN DE JAVIER"

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No dure ni diez minutos en llanto, pues me levante de la cama y salí a comprar un Starbucks.

(...)
Al llegar al lugar pedí mi café y logre leer en un cartel que solicitaban empleada.

-¿Disculpa, dónde puedo pedir informes para el trabajo?. -Le pregunte a el chico que me atendió.

-Con el gerente. -Dijo señalando la oficina que se encontraba al lado de la caja.

Tomé mi café, fui a la oficina y entre.

-¿Hola?.

Entre a la oficina y vi al gerente. Me senté en frente de él y comenzamos a hablar.

-Y dígame jefe ¿Qué necesito para trabajar aquí?. -Dije mirándolo.

El gerente me miró y no pudo resistirse a reír y yo tampoco pues el gerente era nada más y nada menos que Emiliano. Ambos nos levantamos de nuestros asientos y nos dimos un abrazo y volvimos a nuestros lugares.

-Pues tú ya estas aceptada. Solo te pediré unos papeles por correo y listo. -Dijo feliz.

-Bien. -Le di un trago a mi café. -¿Y donde consigo el uniforme?.

-Usted hace muchas preguntas.

Emiliano abrió un cajón de su escritorio y sacó una bolsa de plástico con el uniforme y me la dio.

-Mañana a primera hora. -Dije feliz.

Me despedí de él y me fui a mi hotel.

Narra Javier
Al llegar a casa de Eduardo, Becky salió de su cuarto y nos miró y rapidamente fue por unas toallas y nos las dio.

Nos secamos y los tres nos sentamos en la sala a charlar.

-Ahora si Javier, dime. ¿Qué paso con Alex?. -Pregunto Eduardo secándose el cabello.

-Se fue... A Estados Unidos y no se si para siempre. -Dije en tono triste.

-Perdón que me meta Javier. -Dijo Becky interviniendo. -Pero esta vez tú te equivocaste, pues las veces que venías aquí era para un consejo para arreglar tus problemas con Alejandra, pero esta vez el problema fue demasiado, pues esta vez acabo con su matrimonio. Pero lo que no entiendo si lo tenías todo ¿Por qué lo dejaste por una tentación de solo unos minutos?. Obvio tal vez no te daba lo que querías cuando querías, pero pues nosotras las mujeres nos cansamos de la rutina, pero depende de los dos que el matrimonio haya funcionado.

-Exacto. Si lo tenías todo porque lo dejaste ir. Tenías una esposa que hablaba maravillas de ti, e incluso le brillaban los ojos cuando te mencionaban. Y una hija que, Dios mio, era la niña de un cuento de hadas que espero este descansando en paz. -Dijo Eduardo mirandome.

-Y tú siempre me lo decías que dejara esta locura y sea feliz.

Baje la mirada y Eduardo se acercó a mí y me abrazo.

(...)
Después de un rato me fui de casa de mi hermano a la mía.

Narra Eduardo
Javier se fue y yo me senté en el sofá. Becky se acercó y se sentó encima de mí.

-Hola tú. -La tomé de la cintura.

-Sabes... Lo que esta pasando con Alex y tu hermano me hizo pensar... En que no quiero que nosotros recurramos a querer estar con otra persona.

-¿Qué?. -Frunci el ceño. -Becky no tienes porque pensar en eso, es totalmente ridículo ¿Acaso crees que te cambiaría por un par de piernas? De ninguna manera. Si contigo tengo todo, no tengo la necesidad de buscar amor en otra parte.

Becky sonrió y se acercó a mí y me beso y yo acariciaba sus piernas con mis manos.

Narra Javier
Al llegar a mi casa me tumbe en la cama y me comencé a quedar dormido.

A la mañana siguiente desperté por el sonido del timbre de la casa y fui a abrir y era Chatlotte.

-Hola Javier. -Dijo entrando a la casa.

-Hola. -Dije triste.

-Te vez fatal. -Dijo en voz baja. -Te traje algo para que desayunes. -Alzó una bolsa de plástico.

-No tengo hambre.

-Javier, por favor, no me hagas esta grosería.

Tomé la bolsa y la puse en la mesa. Me diriji al sofá y me acosté y comencé a llorar.

-No se porque lo hice Charlotte. Lo perdí todo. -Dije entre lágrimas.

Charlotte se acercó a mí y me acarició la espalda.

-Javier, vine aquí para hacerte una propuesta. -Me miró a la cara.

-¿De qué?.

MI MOTOCICLISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora