CAPÍTULO 23 "TARDE DE PELÍCULAS"

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No podía quedarme con la duda, así que le pregunté a mi tía.

-Tía, quiero preguntarte algo. -Le di un sorbo a mi limonada. -¿Mamá y papá me visitaron, cuando estaba en él hospital?.

Bajo la cabeza y no contestó nada.

-No Alejandra, tuvieron un viaje muy atareado. -Me miró preocupada.

-En serio, no puedo creerlo.

Me levante del sofá y salí de la casa y Javier salió detrás de mi.

-No les importó. -Dije molesta.

-Amor, no digas eso. -Me tomo de los hombros por detrás.

-Es la verdad, no le importó a nadie. -Me gire para verlo.

-Claro que sí, me importas a mí, a tu tía Flor a Brie y habremos muchas personas que te queremos.

Me tomo del rostro y me dio un pequeño beso en los labios.

-Te amo. -Dije separandome de él.

-Yo más.

-No quisiera ir a casa, estaré sola.

-¿Qué te parece, si hoy duermes en mi departamento?. -Dijo felíz.

-Me gusta la idea. -Sonreí.

Me despedí de mi tía y Javier tomo mi maleta de ropa y nos fuimos a su departamento.

(...)
Al entrar me recordó ese momento mágico en el que Javier y yo hicimos el amor.

-¿En que tanto piensas?. -Me susurró al oído.

-En el día que perdí mi virginidad con el hombre que amo, que fue justamente aquí.

-Ese fue un día inolvidable para mí. -Me abrazó de la cintura.

-Y también para mí.

Javier y yo estábamos aburridos, así que fui a la cocina y prepare unas palomitas en el microondas y nos pusimos a ver películas, en Netflix.

(...)
Eran las nueve de la noche y mientras Javier y yo veíamos una película, recibí una llamada, vi mi celular y era mi mamá, así que decidí no contestar.

-¿Quién te llama?. -Dijo comiendo palomitas.

-Nadie, creo que era número equivocado. -Sonreí.

Cuando la película acabó, me levanté y abrí mi maleta, pude ver que no tenia ropa cómoda, para poder dormir y que la mayoría estaba sucia.

-Amor ¿Me prestas una camisa tuya para poder dormir?. -Hice un puchero.

-Sabes que si. -Se acercó y me dio un pequeño beso en los labios. -Estan en mi closet.

Abrí el closet y saque una color azul, iba a salir del cuarto pero Javier me detuvo.

-¿A dónde vas?. -Me tomo del brazo.

-A cambiarme.

-No, no, no, tú te cambias aquí. -Dijo acercándose más a mi.

-No. La otra vez me cambie en tu cuarto, por pena a que tus papás o tu hermano me vieran en paños menores. Pero ahora no hay nadie que me vea

Tomé la camisa y me fui directo al baño. Y mientras me quitaba la ropa escuche a Javier gritar.

-¡Pero si yo te conosco más desnuda que con ropa!.

Rápidamente me quite la ropa, me puse su camisa y salí de el baño.

-Ja ja ja que gracioso eres Javier. -Dije entrando al cuarto.

-Dios mío. -Dijo mirandome malévolamente.

-¿Qué?. -Reí.

Javier se fue acercando más a mí y me tomó de la cintura.

-Me encanta como te vez. -Me susurro al oído.

Sus manos fueron bajando a mis glúteos y sentí como los acariciaba, con delicadeza.

-Con este físico. ¿Cómo no quieres que me enamoré de ti?. -Me miró a los ojos.

Yo no dije nada solo le di un beso en los labios.

-Hoy no quiero hacerlo. -Dije algo nerviosa.

-¿Por qué?. -Frunció el ceño.

-Porque ya es muy tardé. -Dije separandome de él. -Además, me acaban de operar.

-Esta bien.

Me dio un beso en los labios y nos recostamos en la cama y a los pocos minutos nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente me levanté y vi que Javier aún dormía. Se veía tan lindo, que decidí no levantarlo.
Fui al baño y me lave el rostro, estaba secándome la cara con una toalla y mi celular comenzó a vibrar, lo tome, salí del bañó y fui a contestar al pequeño balcón que había en el patio.

Llamada telefónica
-Hola.

-Alejandra ¿Dónde estas?.

-En casa de Javier.

-Ah claro estas revolcándote con ese novio tuyo.

-Mamá si no sabes, no hables. Me quise quedar a dormir en su casa.

-Necesitamos que vengas a la casa ahora mismo

Fin de la llamada

-¡Maldita sea!. -Exclame.

Lance el celular al piso y me recargue en el balcón.

-Ese vocabulario. - Dijeron detrás de mí.

Me giré y vi a Javier.

-Amor. Perdón es que mis papás quieren que vaya a casa. -Me cruce de brazos.

-No te amargues el día. -Tomó mis manos. -Hoy no es un buen día para enojarse.

-Tienes razón. -Sonreí. -¿No te di los buenos días cierto?.

-No.

-Buenos días. -Me acerqué a él.

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