Enamorada De Un Acosador

29

Escuché la alarma a las 5:00 de la mañana, me desperté solo con mas ganas de morir que ayer, por la maldita fiesta. Bajé y vi que se terminó la fiesta. La casa estaba como un desastre, todos estaban borrachos y durmiendo, en menos de una hora mi madre iba volver de trabajo. Empecé a echar todos los amigos de Héctor.

-¡¡Venga!! ¡¡Ya se ha acabado la fiesta!! -grité mientras le daba patadas como si fueran basuras.

Se levantaron como vagabundos y salieron de la casa . Con prisa, empecé a recoger todo el desastre. Al fin, terminé de recoger y justamente vino mi madre. Me miró confundida y en seguida se acercó hacia mi.

-Hija, te veo muy cansada -dijo mi madre apareciéndome la mejilla -¿Dormiste bien?

-Tranquila, dormí estupendamente bien mamá -hice una sonrisa forzada.

-Vale -me miró preocupada.

Me tumbé en el sofá y suspiré. En el fondo, vi como una chica borracha dormía en el baño. Me puse nerviosa, rápidamente me acerqué hacia mi madre para que no mirara hacia atrás.

-¡Hey mamá! -le agarré de los hombros -. Creo que deberías ya ir a tu habitación.

Mi madre me miro como si estuviera loca.

-Te veo muy rara -frunció el ceño-. ¿Estás bien?

-Claro que si -sonreí -. Te veo muy cansada, debería dormir. Seguro que has trabajado mucho.

-Tienes razón -murmuró mi madre -. Pero antes, tengo que ir al baño.

Intentó dar la vuelta pero la paré empujando por la otra dirección.

-¡No! -grité. Me miro asustada.

-¿Qué pasa? -preguntó mi madre.

-Eeh... ehh no vayas al baño -tartamudeé-. Mejor vete a tu habitación.

-¿Por qué no quieres que vaya al baño? -me miró atentamente a los ojos -. ¿Me estas ocultando algo?

Me puse muy nerviosa.

-N...no -sonreí.

-Pues déjame ir al baño -se dirigía al baño. En ese momento ya no tenía mas escapatoria.

Abrió la puerta del baño y la chica ya no estaba. Miré confundida ya que la chica no estaba en el baño pero olía mucho a vomito.

-Rebecca ¿has vomitado? -tapó la nariz mi madre.

-Eh... -rasqué la cabeza.

-¿Estás bien? -dijo mi madre.

-Si, mamá -dije aliviada.

Me miró preocupada y entro en el baño. Subí las escaleras y fui a la habitación de Héctor. Abrí la puerta y le encontré durmiendo en la cama con calzoncillos. Le di palmadas en la espalda.

-¡¡Tuuuuu!! ¡¡Despierta!!.

-Un ratito más -dijo medio dormido.

Cogí un vaso de agua y se lo tiré en la cara. En seguida se levantó de golpe.

-¡¡Despierta!! -grité.

-¿Qué haces? -preguntó enojado.

-Lo siento, era la única forma para despertarte.

-Aggh -se tocó la cabeza-. Me duele la cabeza.

Me acerqué hacia él y le olí el cuerpo como fuese un perro.

-¿Has bebido? -alcé una ceja.

-Un poco -se rascó la cabeza. Rodeé los ojos.

-Cámbiate rápido y disimula un poco -dije alejando de su habitación-. No querrás que mamá te vea así.