Terminamos de ver la película y después volvimos al campus. Cuando llegamos a nuestro habitación, nos tumbamos en la cama. Tenia a William durmiendo sobre mi regazo. Algunos mechones de su pelo caían sobre la cara, yo me entretenía apartándolos y acariciando su pelo. Si en mi primer día de la universidad alguien me hubiese dicho que iba a acabar así jamás le hubiese creído. Posiblemente incluso me hubiese reído en su cara, fuertemente. Pensaba que el amor de mi vida era Zack, pero me falló. William era diferente, merecía la pena.
La canción del osito gominola interrumpió mis pensamientos cuando el móvil de William comenzó a sonar. El pobre se asustó y se incorporó en una décima de segundo con cara de miedo y confusión.
-Deberías de cogerlo -dije mientras me reía y señalé su móvil que seguía rompiéndome los tímpanos con esa horrible canción-. Y cambia el tono de llamada.
Cuando por fin reaccionó, cogió el móvil y respondió llevándoselo a la oreja
-¿Qué quieres? -preguntó él con voz ronca, lo que delataba que estaba durmiendo.
Me reí al escuchar sus palabras y decidí molestarlo un poco así que me subí a horcajadas encima de él. Se tesón y me fulminó con la mirada, lo que yo ignoré y seguí molestandole. Empecé a moverle mientras él luchaba por seguir hablando con normalidad
-Eeeh...si.. vale -esto era jodidamente divertido.
-¿Con quien hablas? -pregunté mientras le molestaba.
-¿Te puedes parar? -susurró tapando el altavoz del teléfono a lo que yo negué con la cabeza sin poder de aguantar la risa y me acerqué a acariciarle para luego seguir moviéndolo. William rodó los ojos y volvió a prestar atención al teléfono.
-Escucha tío, te veo luego, la señal no va muy bien. Iré a tu habitación antes de acostarme, adiós -y colgó sin esperar respuesta.
Bajé de su regazo y volví a colocarme a su lado en la cama sin parar de reír. Debería haberlo grabado esto.
*********
Me fui corriendo al baño a devolver todo el desayuno, pasé dos minutos vomitando en el baño. No me lo podía creer, habían pasado dos meses y mi periodo aún no había llegado. Mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, tenía mucho miedo. De repente escuché la puerta abrir.
-¿Rebecca? -preguntó William-. ¿Donde estás?
-Estoy en el baño.
-Tenemos que ir ya a la clase de bioquímica o sino llegaremos tarde.
-Vale, ahora vengo -limpié la boca con el pañuelo.
Se me apestaba el aliento a vomito, volví a cepillar los dientes. Me quité las lágrimas de mi cara, me vestí y salí de la habitación.
En toda la clase, sentía como si hubiera bebido mil litros de agua y aún seguía con ganas de ir al baño. Faltaba cinco minutos para que el timbre sonara, el profesor de bioquímica llamó a cada universitario para entregar las notas. Después recogimos las cosas y salimos de la clase. Me dirigí con William a mi taquilla para dejar los libros.
-¿Te encuentras bien? Hoy estás muy pálida de lo normal.
-Si, estoy bien.
Luego de dejar mis libros, nos dirigimos a la cafetería, tenía ganas de comer chocolate. Al llegar a la cafetería, me compré unas galletas de chocolate. De un momento a otro, sentí como todo se giraba y lo único que recordaba eran los ojos de William antes de caer en un profundo sueño.
********
Sentí como algo quemaba mi nariz, al momento de abrir mis ojos, observé que estaba en la enfermería de la universidad. La doctora me pasaba algodón con alcohol para que me despertara.-¿Como te sientes Rebecca?
-Un poco mareada -respondí.
-¿Puedes sentarte?
Asentí con la cabeza y me levanté lentamente ya que veía que toda iba dando vueltas. Me hizo algunas pruebas y me dejó ir. Antes de que saliera, le pregunté a la doctora quién me había traído. La doctora me respondió que fue William. Salí de la enfermería, William me esperaba fuera, estaba muy serio.
-Tenemos que hablar -tomó de mi mano y subimos a la habitación.
Cuando llegamos a la habitación, cerró la puerta, se acercó hacia mi y sentó en la cama.
-¿Por qué estamos aquí? Tenemos clase de fisiología dentro de dos minutos.
-Hay algo que me tienes que decir -dijo con el tono serio-. Últimamente te veo muy mal.
-Vale -estaba muy nerviosa.
-Quiero que me digas la verdad.
-¿Qué verdad?
-¿Cuando fue tu último periodo? -me daba mucha vergüenza hablar de eso con un chico.
-Hace dos meses -dije con los ojos cristalinos.
William se levantó de la cama y dio vueltas por la habitación.
-No me lo puedo creer -dijo
-¿Qué pasa?
-Tú sabes perfectamente lo que pasa -dijo con un tono triste-. Estas embarazada.
-No lo estoy, no puedo estar embarazada -negué enseguida.
-Si que lo estás -dijo-. Seguramente de ese imbécil.
Negué varias veces con la cabeza mientras lloraba, no podía estar embarazada. Solo tenía 18 años.
William salió de la habitación sin decir nada.Mis manos comenzó a temblar, retrocedí unos pasos hasta la puerta hasta que mi espalda se chocó con la puerta. Me dejé caer sentada con la respiración entrecortada, llevé ambas manos a mi cabeza y lloré con toda mi fuerza.
-¡Joder! ¿¡Por qué a mí!? -grité entre sollozos-. ¡Por tu culpa Zack! ¡Te odio Zack!
No podía estar embarazada. Solo tenía 18 años, no quería ser madre a tan temprana edad. ¿Como se lo diría a mis padres?
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Enamorada De Un Acosador
Short StoryCuando Rebecca comienza a ser acosada por whatsapp, el miedo invade su vida. Su único objetivo es descubrir quien es su acosador. Pero a medida que los acosos comienzan a intensificarse, Rebecca se da cuenta de que en su interior comienzan a alberga...