Enamorada De Un Acosador

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P.O.V Keila

-Que no me voy a poner esa ropa -espeté a mi compañera de habitación señalando el vestido que había elegido para mi cita con Zack.

Ella me sacó la lengua de manera infantil y me quitó el vestido de las manos. Miré la hora en mi móvil y bufé. Apenas quedaba veinte minutos para la cita. Después me fui al baño para ponerme el vestido rojo. Al salir, di una vuelta completa y solté una carcajada cuando mi compañera comenzó a aplaudirme.

-Si Zack no se enamora de ti, lo haré yo -silbó con una sonrisa de lado.

De repente escuchamos la puerta abrir. Mi compañera y yo miramos por un instante la puerta y vimos que era Brenda.

-¿Puedo pasar? -preguntó con un suspiró. Asentí con la cabeza, ella entró en mi habitación y se sentó en mi cama.

-¿Qué quieres? -preguntó mi compañera a Brenda.

-Nada, solo que me aburro -dijo-. ¿Te puedo maquillar? -me preguntó emocionada.

Negué rápidamente con la cabeza pero ella me ignoró y se fue hacia mi escritorio. Buscó algo en mi bolsa, sacó un pintalabios de mi bolso. Puse los ojos en blanco, pero no me alejé cuando Brenda empezó a maquillarme como si fuera un juguete.

-¡Ya hasta! -Brenda terminó de maquillarme. Saqué un espejo pequeño para verme-. ¿Te gusta?

-Esta bien -dije.

-¿Donde os habéis quedado? -preguntó mi compañera.

-Nos hemos quedado en un resto-bar cerca de la universidad -dije. Volví a mirar el reloj, ya era la hora de irme-. Buenos chicas, ya me tengo que ir.

-Vale, que te vaya bien -dijo Brenda con una sonrisa pícara. Le devolví la sonrisa.

Abrí la puerta y salí de la habitación. Bajé las escaleras y caminé hacia la salida del edificio. Una vez fuera del campus, caminé hasta llegar al resto-bar. Cuando entré, me sorprendí lo que vi en el interior. La sala estaba iluminada por los juegos. Busqué a Zack desde lejos y lo vi sentado en una mesa. Entusiasmada, caminé hacia él.

-Hola -sonreí.

-Hola, ¿tu eres Keila? -preguntó.

-Si -me senté.

-Estas muy guapa -sonrió.

-Gracias, tu también.

Madre mía, estaba para comérselo, con esos ojazos y esa sonrisa.

-¿Qué tal si jugamos algo? -preguntó.

-Claro.

Agarré el brazo de Zack y comencé a caminar hacia el juego de hockey. Cada uno nos dirigimos a un lado. Primero empecé yo, terminé puntuando en mi propia puntería. Era muy pésima en ese juego. Seguimos jugando, de momento iba perdiendo. Al final Zack terminó ganando.

-Eres muy bueno -dije.

-Gracias, tu también.

-Que va, si he jugado como el culo.

Zack soltó una risa después de lo que dije. La verdad, me lo pasaba muy bien con él. Después nos sentando en nuestro asientos. Escogí una hamburguesa, lasaña, patatas frita y un refresco.
Miré y vi que Zack no tenía nada para comer.

-¿No tienes hambre? -él negó con la cabeza.

Suspiré y empecé a comer.

-¿Rebecca sabe que tienes una cita conmigo? -preguntó Zack.