Era martes, volvía del instituto. Las gotas caían con más fuerza, estaba lloviendo mucho. Mientras caminaba con el paraguas.... vi a él.
Estaba ahí, levantado, todo empapado y con la vista hacia el cielo perdido en sus pensamientos. Me acerqué un poco.-¿Zack? -fruncí el ceño -. ¿Eres tú, Zack?
Bajó la mirada y me observó con una media sonrisa.
-Rebecca.... -dijo con la voz ronca.
-¿Qué haces aquí? -dije-. No has venido al instituto, por tu culpa hemos suspendido.
-Lo siento -suspiró
Te estás mojando mucho -dije preocupada.
-No pasa nada -sonrió -. Quiero estar aquí.
Seguían cayendo más gotas de agua en su hermoso rostro.
-Tienes que ir a tu casa- le aclaré.
-No quiero ir -murmuró.
-Si sigues así, te cogeras un catarro.
Se acercó hacia mi y me acarició la mejilla. Podría ver su rostro mojado, era tan perfecto, esos ojos azules cielo y ese cabello castaño. Todo de él era perfecto.
Al estar tan cerca de mí, mi corazón aceleraba demasiado rápido.-Tranquila... estaré bien -susurró y después sonrió. Estábamos demasiado cerca, su respiración chocaba con la mía.
-Bueno... me tengo que ir, se está ocurriendo -me alejé de él.
Me agarró de la muñeca impidiendo.
-No me dejes solo -susurró en mi oído causandome tener mariposas en el estómago -. Quédate conmigo... por favor.
-Zack... no puedo -me puse muy nerviosa.
-Por favor... no me dejes aquí solo -suplicó. No pude evitar dejarle solo.
-Mejor... vamos a mi casa -dije-. No quiero que te resfríes.
-Gracias -murmuró.
Fuimos en mi casa, abrí la puerta, no había nadie. Le llevé en la habitación de Héctor.
-Te dejaré algunas ropas de Héctor para que te cambies -dije mientras buscaba alguna ropa.
No respondió, se quedó mirándome.
-Creo que te va a caber la ropa de Héctor... ya que tenéis la misma talla -le di la ropa.
Salí de la habitación nerviosa. Me quedé un rato en la puerta esperando que se cambiará. Tardaba un poco en cambiarse y decidí entrar.
-¿Te cabe la ropa de Héctor? -dije mientras abría la puerta -. ¡¡Ayyyy... lo siento mucho!!
Al entrar la habitación, Zack no llevaba ninguna camisa puesta. Me tapé los ojos y en seguida salí de la habitación.... No era la primera vez que le veía sin camisa.
Mientras tanto, estaba en la cama con el móvil en la mano, vi como Zack entraba dentro de la habitación.-Me aburro estar solo -sonrió. Aún seguía sin camisa.
-¿Por qué no te has puesto la ropa que te dí? -me sonrojé.
-No quiero -se acercó hacia mi cama.
-¿Qué... qué haces? -dije nerviosa.
Me miró con una sonrisa. Se acercaba hasta dónde estaba. Solté el móvil nerviosa.
-Quiero que me beses -susurró.
-No... Zack, por favor -dije.
Acercó su rostro al mío. Me observaba atentamente a mis labios y en seguida me besó...
Estábamos solos en mi casa...
no quería.... pero caí con sus besos.Paró por unos segundos.
-Dime que me amas -susurró. Me quedé por un momento callada.
Estaba claro de que estaba enamorado de Zack, no lo podía negar.
Nos encontrábamos besando en la cama, otra vez me deje llevar por Zack. Sus manos se encontraban en mi cuello, sentí como besaba mi cuello. Lo agarré de la mejilla para que me besara más.-Me encantas Rebecca -dijo Zack mientras me besaba.
-Zack... me gustas -solté con un gemido-. Eres tan... tan.. imbécil, me encantan los imbéciles.
Me miró con una sonrisa.
-Lo sabía -susurró.
-Cállate y no pares -lo besé.
No dejaba de besarle, no pude que creer... estaba en la cama besando con un mujeriego. Me encantaba sus besos, hasta besaba mejor que mi ex novio.
-No... no puedo -le miré por unos segundos-. No puedo hacer esto
-¿Por? -me miraba atentamente.
-Eres mi compañero... esta mal esto -me levanté de él-. Por favor vete de mi habitación.
Se acercó y me dio el último beso en la frente.
-Te gusto, lo dijiste con tu boca -dijo.
No le respondí y abrí la puerta para que se saliera. Salió de la habitación con un sonrisa.
¿Qué había pasado? Dije a Zack de que le amaba, estaba claro de que me escuchó.
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Enamorada De Un Acosador
Short StoryCuando Rebecca comienza a ser acosada por whatsapp, el miedo invade su vida. Su único objetivo es descubrir quien es su acosador. Pero a medida que los acosos comienzan a intensificarse, Rebecca se da cuenta de que en su interior comienzan a alberga...