Enamorada De Un Acosador

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ESTE CAPÍTULO SOLO SE TRATA DE LA MADRE BIOLÓGICA DE ZACK

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P.O.V Sofía (madre de Zack)

-Sofía, por favor, ponte esto -insistió mi hermana.

Volví a mirar lo que tenía en sus manos. Era un vestido rojo ceñido y corto. Estaba hermoso pero estaba segura de que no iba a quedarme bien. Tenía las curvas muy ancha y mucho trasero para el vestido.

-Que no me lo voy a poner Diana -gruñí-. Sabes que las cosas cortas no me van bien con mi cuerpo.

-Uff, que pesada con eso. Cualquier cosa que te pongas te quedará bien -se sentó a mi lado.

Para mi hermana toda la ropa le quedaba super bien. Su cuerpo parecía la de un modelo. La verdad, prefería tener su cuerpo. Eramos completamente diferentes en todos sentidos: ella amaba la música y vivía la vida al máximo con sus amigas. Yo era más tranquila, prefería estar en casa leyendo un libro. Hoy iba a salir, solo porque había hecho una promesa a Diana.

-Para ti es muy fácil -suspiré-. No sabes como se siente tener este cuerpo.

Mi hermana rodó los ojos cansada.

-Qué más da que tengas las curvas anchas. Solo tienes 16 años, disfruta de la vida y ponte el vestido -me hizo reír un poco y me convenció.

-Vale, solo hago esto por la promesa -Diana sonrió.

-Que si -me dio el vestido.

Fui a la habitación a cambiarme.
Me quedaba tal como me esperaba, mi trasero y mi curvas se me notaban. Cogí una jaqueta para disimularlo. Me maquilló mi hermana y me arregló mi pelo. Llamó a sus amigas, para que nos recogiera. En cuanto tocaron el timbre, Diana bajó corriendo las escaleras y abrió la puerta.

-¡Lista para la fiesta! -gritaron como locas.

-¡Siiii! -grito mi hermana-. ¡Vámonos a por el party!

Las miré haciendo una mueca. La verdad no quería ir la verdad. Salimos de la casa. La fiesta era en un bar muy grande. Tardamos quince minutos en llegar. Estaba nerviosa, no quería venir con este vestido rojo pero ya era demasiado tarde. Ya habíamos llegado y mis nervios aumentaron. Entramos dentro y vi que estaba lleno de gente. Había muchos chicos guapos y lindos.

-Venga chicas, vayamos a la barra -gritó una amiga de mi hermana.

Nos fuimos hacia la barra. Cuando ya habiamos llegamos, pedí una naranjada. Mi hermana y sus amigas pidieron Tequila y salieron a bailar. Me quedé sentada, no quería bailar. Saqué mi móvil para ver si tenía alguna llamada de mis padres. Continué revisando llamadas hasta que sentí alguien tocar mi cintura.

-Hola hermosa -me giré para ver quien era.

Era un chico bastante atractivo, su cabello era negro, tenía unos hermosos ojos azules cielos. Tenía puesto una playera que podía ver como lucía su hermoso cuerpo. Me enrojecí al verle.

-Em... hola -respondí con timidez y volví mirar mi móvil.

-¿Como te llamas? ¿Cuantos años tienes? -no respondí. Suspiró y volvió hablar-. Me llamo Adam, tengo 20 años. Un gusto conocerte.

Volví a girar, me miraba con una mirada penetrante.
Me dio un poco de escalofríos.

-No puedo hablar con desconocidos.

El chico se río, encontrando gracioso mi actitud. Hasta su risa era atractiva.

-Ahora mismo me estas hablando -volvió a reír-. ¿Quieres bailar conmigo?