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Estaba en la clase de mates, pero en pocos minutos iba a tocar el timbre. Los directores de la universidad se enteraron de mi embarazo cuando me hicieron algunas pruebas el día que me desmayé. Al menos se lo tomaron bien y me dieron un montón de opciones para terminar la universidad, me dejó un poco más tranquila. Aun así, no había confirmado mi embarazo a nivel de compañeros y eso que había un montón de rumores sobre eso. 

Mi barriga ya era notable para tener 3 meses de embarazo y era casi imposible esconderlo. Tampoco lo quería hacer, no tenía que sentirme avergonzada. Cometí un error, lo sé, pero ahora tenía a dos pequeños niños creciendo en mí y eso era genial. Lo malo era que todos mis amigos pensaban que el padre de mi bebé es William, todos menos Brenda y Keila. Igualmente, no me importaba mucho. Justo cuando sonó el timbre, todos mis compañeros salieron rápidamente de la sala mientras que yo esperaba a que la manada de animales salvajes salieran para tomar mis cosas e irme. Me acerqué a William.

-¿Qué tal están los gemelos? -dijo tocando mi barriga.

-Están bien -sonreí.

-Tengo que estar atento a los tres.

-¿Tres?

-Tú, Nicolas y Lucas.

-¿Has puesto nombres a los gemelos?

-Si.

-¿Y si son chicas?

-Pues Estefany y Daniela.

-No me gusta -dije-. No hace falta que te preocupes por nosotros.

-Claro que si, no quiero que os pase nada malo -dijo-. Eres mi novia, te quiero. El padre del bebé es un idiota, tengo que preocuparme por ustedes más que nunca.

Hice una pequeña sonrisa, William era unos de los hombres mas lindos que había conocido, la verdad no me lo podía creer que iba encargar de dos bebés, ni siquiera era el padre. El cobarde de Zack se escapó a Inglaterra.

***********

Me desperté por la alarma del móvil de William, era demasiado molesta como para serlo. Me removí en la cama pensando que mi cabeza dolía demasiado. Me levanté de la cama, fui al baño y me miré al espejo buscando mi cambios. Lo hacia todos los días después de darme una ducha. Estaba muy diferente, me veía un poco mas gorda con la barriga hinchada. William seguía durmiendo, me senté en su cama junto a él con cuidado y lo miré con una sonrisa.

William es guapo, siempre lo ha sido, pero esa nunca fue la razón por la que me enamoré de él. Somos muy parecidos en algunos aspectos. Me gustaba estar con él y siempre había sido así. Tenia muchas ganas de recostarme a su lado y dormir con él, pero no quería despertarlo. Lo único que hice era acariciar su cabello y un poco su mejilla. Sentí como se removía la cama, se despertó y me sonrió.

-Lo siento, no quería despertarte.

-No pasa nada -dijo-. ¿Y como durmieron ustedes? -dijo poniendo su mano en la barriga.

Sonreí al verlo tocar mi estomago, era tan lindo. Se notaba que quería ser padre de los bebés.

-¿Pasa algo? -preguntó.

-Nada, solo que es muy lindo cuando haces eso. Ni siquiera yo lo hago muy seguido.

-Deberías hacerlo, hay dos bebes creciendo en tu barriguita.

-Lo sé -dije con una risa nerviosa-. Aun sigo sin aceptar que hay dos bebes dentro de mí, soy la peor madre del mundo.

-No digas eso, es normal que no lo aceptes. Aún eres muy joven para esto -se acercó más a mí.

Volvió a tocar mi barriga, sentía un pequeña calor en ese sector que me hizo la piel de gallina. Será un buen padre.

-Lucas, Nicolas -dijo con la voz amigable-. Soy vuestro papi William, solo os aviso porque vais a escuchar mucho mi voz, no pienso dejar a vuestro mami sola en esto. Os quiero.

Me reí después de la conversación.

-¿Enserio? Lucas y Nicolas -dije mientras reía-. Aún no sabemos el sexo de los gemelos.

-Serán chicos.

-No quiero que sean chicos -dije.

-¿Por qué? -dijo con tono inocente.

-Porque no.

-Ya verás que serán dos niños -reí por el modo en que lo dijo.

-Lo que tu digas.

-Bueno -se levantó de la cama-. Me voy a bañar.

-Vale -respondí

-Por cierto, te ves sexy con esa barriga -dijo mirando mi estomago-. Eres la embarazada mas sexy que he visto.

-Mentiroso, estoy horrible -dije con vergüenza.

-Lo digo enserio, estas sexy -entró en el baño.

Rodé los ojos. Mentiroso, solo lo decía para animarme.
Mientras leía en un libro, escuché mi móvil sonar. Lo miré, no reconocía el numero y lo cogí.

-¿Hola?

-Rebecca, soy yo Catherine.

-¡Catherine! -exclamé-. ¿¡Cómo conseguiste mi número!?

-Me lo dio Zack.

-¿Aún sigues hablando con ese sinvergüenzas? -dije.

-Hay algo que te quiero preguntar.

-Déjame en paz, eres muy pesada.

-¿Es verdad qué estas embarazada? -me quedé callada por un momento.

-¿Quién te lo ha dicho?

-He escuchado rumores que dicen que estas embarazada -dijo-. ¿Es verdad?

-No es tu asunto -colgué la llamada.

Mi móvil volvió a sonar, lo cogí cansada.

-¡Qué me dejes en paz!

-Eso es un si -dijo-. Creo que Zack debería saber que estas...

-¡No! -la interrumpí-. No se lo cuentes.

-¿Por qué? 

-No sabes el daño que me hizo -dije-. Él no se merece saberlo.

-Él es el padre.

-No, él no es el padre -dije enojada-. Él padre es William.

-Si lo es, Zack es el padre biológico.

-Un padre es el que cuida al bebé -dije-. Lo digo enserio, no se lo digas a Zack.

-Pero Rebecca.

-Si se entera, juro que no vera a sus hijos en su vida -colgué y lo puse en silencio.

No queria que Catherine se lo dijiera a Zack que él es el padre de mis hijos. Nunca fui importante para Zack, no creía que le quisiera a los gemelos, yo tampoco quería, ni loca dejaba a ese idiota que se enterase de que iba ser padre, ya tenia a William a mi lado.

Enamorada De Un AcosadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora