Enamorada De Un Acosador

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Después de una semana, ya podía salir del hospital. Moría de ganas por llegar a casa, para que todos conocieran a mis hijas. Tenía a las enanas en mis brazos mientras intentaba hacerlas dormir después de haberlas alimentados y sacado sus gases.

Al llegar a casa, William abrió la puerta con las llaves que le había dado, escuché las voces de mi madre y de Héctor. Cuando se dieron cuenta de mi presencia, corrieron hacia mi. No pasaron un minuto hasta que nuestros hijos fueron arrebatados de nuestros brazos.

-Ay mis nieta -dijo mi madre mientras besaba su pequeña cabeza.

-Que mona es -dijo Héctor mientras acariciaba a Hailey.

Hailey movió sus manos un poco mientras se iba quedando dormida. Cuando lo hizo, la cogí y la acosté en el carrito. Mi made llevó a Hannah hacia su habitación, estaba tan feliz.

-Por fin, te echaba de menos -dijo Héctor.

-Yo también, estará

-Cuida de mi hermana, no quiero que la falles igual como el imbécil de Zack -le dijo a William.

-No te preocupes, la cuidaré como fuera un tesoro.

-Eso espero -sonrió-. Que bien que el imbécil no ha venido con vosotros. Bueno, os ayudo a subir el carro.

Héctor y William subieron el carrito hacia mi habitación. Cuando ya llegamos a mi habitación, Héctor se retiró. William se sentó a mi lado y vimos como Hailey dormía tranquilamente.

-Es tan linda -dijo William con la voz baja.

-¿Y Hannah no es linda?

-Claro que si, Hannah es una replica tuya -sonrió-. Que pena que no se parece ami.

-Si se parece a ti.

William soltó una risa.

-Rebecca, ¿vas enserio? No se parece nada a mi. Es imposible porque no hemos hecho nada -dijo-. Las enanas parecen a su madre y a su padre.

Para que mentir, no se parecía nada a William, claro él no es el padre biológico pero seguirá siendo como un padre para las gemelas. Por una parte, odio que Zack es el padre pero por la otra, me alegro de que hayan salido igual de hermosa como su padre.

*******
Habían pasado dos horas, William ya se había ido. Mientras tanto, estaba en la cama leyendo un libro, de repente tocaron el timbre. Dejé el libro en la cama y bajé las escaleras. Corrí a abrir la puerta antes de que alguien me adelantara. Mi cara cambió por completo cuando vi quien era. Zack.

-¿Qué quieres? -pregunté tratando de sonar firme. Zack agrandó ligeramente los ojos.

-Quiero ver a mis hijas ¿tienes algún problema con eso?

-No -susurré-. Lo siento pero están dormidas.

-No haré mucho ruido

-Zack... Quiero que dejes de intentarlo -las palabras salieron solas de mí.

-¿Intentar el qué? -dijo él-. Sólo quiero que hagamos una acuerdo, las niñas no solo son tus hijas.

-No es momento para discutir.

-¿No es el momento? ¿Y cuando será? - soltó con un tono de ironía en su voz-. Estuve a tu lado durante el parto, no quiero que me alejes de mis hijas. Hannah y Hailey no son tus hijas, son nuestras hijas.

Carraspeé y me crucé los brazos, imitando su posición. Sentía mi corazón latir con fuerza después de recordar todo lo que me hizo.

-¿Nuestras hijas? Más bien dicho, mis hijas y las de William.

-Si, también son de William pero él no es el padre biológico de la niñas, tengo todo el derecho de ver a mis hijas.

-Tú no tienes derecho de nada, ¿te has olvidado todo lo que me hiciste? Me engañaste, me metiste, me pegaste -espeté con rabia-. William es mucho mejor padre que tú, él sí que se merece estar con mis hijas, estuvo a mi lado durante el embarazo, me ama, me cuida, no me engaña con otras zorras.

Zack se quedó por un momento callado, después cogió aire.

-Perdóname -susurró.

-Ya es demasiado tarde -dije -. No puedes cambiar lo que hiciste.

-Estoy cansado de esto -respondió tras unos segundos de silencio-. Vendré en dos horas para pasar un rato con las niñas.

Tragué saliva y asentí con la cabeza.

-Adiós -dijo fríamente.

-Adiós -respondí.

Dicho eso, cerré la puerta con tranquilidad. Suspiré y bajé la mirada. Me explotaría la cabeza si continuaba dándole vueltas al asunto, pero no podía evitarlo. Sabía que no hacía lo correcto alejandolo, pero por una parte de mi piensa que se lo merecía. Había sufrido mucho después de lo que hizo.