Enamorada De Un Acosador

22

Desperté en aquella cama desconocida, vi que mi móvil ya está 100% cargado, lo desenchufé. Me levanté rápido, pero me fijé que llevaba mi ropa puesta y que estaba tapada con una manta. Creía que me había quedado dormida con la ropa de Zack y tumbada sin la manta. Me giré y vi que Zack estaba levantado apoyado en la puerta.

-Como amaneciste, Rebecca -preguntó con una sonrisa.

-Confusa -miré mi alrededor.

-¿Por?

-Recuerdo haberme quedado dormida con tu ropa sin la manta y ahora veo que llevo mi ropa puesta -lo miré un poco confusa. Zack cruzó los brazos y se acercó hacia mi.

-Yo te cambié mi ropa por la tuya y te tapé con la manta.

-Estas de broma ¿no?

-No -lo miré con los ojos bien grande y le di una cachetada que sonó por toda la habitación.

-¿Quién te crees que eres? -grité-. No puedes quitarme la ropa así como si nada y menos si estoy dormida.

-Eso si que ha dolido -el imbécil seguía sonriendo-. Me encantas como me pegas.

-Estas loco -grité-. A saber si has hecho más cochinadas mientras dormía.

-Sólo te cambié, no te hice nada malo.

-No me fío de ti -lo miré enojada-. Yo me largo de esta casa.

Cogí el móvil y vi que eran las diez y media. Iba a llegar tarde al instituto.

-¡¡No puede ser!! -exclamé-. ¡¡Voy a llegar tarde!! ¡¡Mis padres me van a matar!!

-Tampoco es para tanto -murmuró.

-¡¡Para mi si!! -exclamé-. ¿¿Por qué no me has despertado??

-No te quería molestar con tus sueños -se mordió los labios-. Parecías un a angelito.

-Para mirarme cuando duermo, incomoda mucho -aclaré-. ¿Qué hago? si se enteran de que no he venido, pensará mal de mi.

-Coge tu bolso y ponte los los zapatos.

-¿A dónde nos vamos? -preguntó un poco confundida.

-A donde será, al instituto -sonrió.

-Pero, si ya es demasiado tarde.

-No pasa nada, le dices
que te has quedado dormida -Zack cogió su mochila. Salimos afuera y vi que Zack se dirigía hacia una moto-. Sube

-¿Es tuya?

-De quien será. Claro que es mía -dijo sonriendo.

-¿Desde cuando sabes montar en motos? -pregunté un poco confundida.

-Desde que mi padre me enseñó -sonrió-. Venga sube de una maldita vez.

-Eh... vale, pero no vayas muy rápido -dije insegura. Subí en su moto.

-Ponte los cascos -me dio los cascos y Zack empezó a arrancar. Íbamos demasiado rápido, agarraba bien fuerte la espalda de Zack mientras él se reía de mi. Al fin habíamos llegado al instituto. Baje de la moto y me quité los casco. Entramos dentro del instituto y nos fuimos corriendo hacia la clase. Toqué la puerta y lo abrí.