Salimos de la habitación con los ojos rojos de tanto llorar. Mis hermanos se acercaron hacia nosotras.
-¿Qué os pasa? ¿Por qué estáis llorando? -preguntó Álvaro.
-¿Quieres que se lo diga? -preguntó mi madre acariciando mis mejillas. Asentí con la cabeza-. Vuestra hermana está embarazada.
-¿¡Qué!? -exclamó Héctor.
-Si -dije con timidez.
-¡Rebecca, solo tienes 18 años! -dijo Héctor.
-Lo sé, cometí un error.
-Entonces, voy a ser tío -dijo Álvaro impresionado.
-Si -respondió mi madre.
-¿Y tú futuro qué? Este bebé te lo destruirá -dijo Héctor.
-Hay más opciones -dijo mi madre.
-¿Quien es el padre?
Me quedé un rato callada.
-Zack -al fin respondí.
-¿¡Enserio!? ¿¡Ese imbécil!? -musitó Héctor.
-Héctor, ya basta.
-Mamá ¿por qué la apoyas? -preguntó con ira.
Me dolió la crueldad en las palabras de mi hermano.
-Porque es mi hija -dijo.
-¿Sabes qué? -cuestionó retóricamente -. No quiero saber nada del tema. Ya sabrás lo que dirás a papá cuando vuelva del trabajo.
Lloré aún más y mi madre me abrazó por los hombros. Héctor no me apoyaba en esto.
-Tranquila ¿vale? -dijo quitando mis lágrimas.
-Ignoralo, ya se le pasará -dijo Álvaro.
Asentí con la cabeza. Mi madre cogió mis manos y me regaló una sonrisa.
-Mi niña -me quiso animar-. Piensa que vas a traer una nueva vida al mundo y yo seré abuela.
Sonreí antes sus palabras. Nunca creí que fuera mi madre que me animara en estos momentos.
********
Habían pasado un mes, estaba 3 meses de embarazo. Hoy era mi primera cita con el médico, estaba muy nerviosa. No podía parar de comerme las uñas de mis dedos y mirar hacia todas las mujeres embarazadas que había en el lugar. Tenían unos estómagos bien enormes. Comparado con el mío, mi estómago era notable pero no era tan grande como las mujeres del hospital.-¿No crees que ya están tardando mucho? -le pregunté a William-. Creo que deberíamos irnos, no nos van atender.
-Dejar de buscar excusas para irte -dijo entre risas-. Ya nos atenderán.
Rodé los ojos y volví a mirar cada vientre enorme que había a mi alrededor. Madre mía, no me imaginaba así, en absoluto.
Una secretaria que estaba en el mesa de informaciones, recibió un papel de otra de las secretarias. Ella era quien la que habló por altavoz.-Rebecca Lisa Clayton, pase por la doctora Kimberly.
Miré a William con miedo, él me dio una media sonrisa y comenzamos a caminar hacia el interior de las oficinas de atención. Todas la mujeres nos miraban atentamente, tal vez porque eramos muy jóvenes para ser padres. Nos detuvimos frente la puerta que decía "Dra. Nicole Kimberly".
-Deberíamos de tocar la puerta -dijo William.
-Si -lo miré con el ceño fruncido-. ¿Qué estás esperando?
-¿Quieres que yo lo haga? -preguntó él sorprendido.
-¡Pues si! -respondí-. ¡Tú fuiste el que quería ir!
-Vale -se rió mientras tocaba la puerta.
Escuché un pequeño "pase", lo que hizo que William abriera la puerta y yo me quedé paralizada. William me cogió de la mano y entramos.
-Tu debes de ser Rebecca -dijo la doctora con una sonrisa.
-Si -susurré.
Estaba muy nerviosa, no estaba en la situación más cómoda del mundo.
-¿Y tú debes de ser el padre?
-Mas o menos -respondió.
-Les haré un par de preguntas.
William y yo nos sentamos frente a la doctora y nos comenzó a hacer preguntas como cuanto tiempo tenía de embarazo, si tenía alguna enfermedad hereditaria y mas cosas. Luego, me hizo sentar en la camilla junto a un aparato muy extraño con un pantalla en él. Hizo que me levantara mi camiseta y, puso un gel extraño y frío en mi vientre.
-Pero mira lo que tenemos -dijo con una sonrisa.
-¿Pasa algo doctora? -preguntó William preocupado.
-No hay uno sino dos bebés -me quedé con los ojos platos.
-¿Cómo que dos?
-Vas a tener gemelos.
Wow, gemelos. Eso era lo que menos me esperaba.
-Parece que están perfectos y se están desarrollando muy bien -dijo la doctora con entusiasmo.
-¿Segura?- pregunté con extrañeza-. Yo no veo nada allí.
-¿Cómo qué no?- preguntó William- Se ve claramente que ahí esta la cabeza- apuntó a la pantalla.
-¿Enserio? -alcé una ceja.
-Necesitas gafas.
-Es normal. Yo cuando estaba embarazada tampoco veía nada, mi marido era el único que veía cosas coherentes -dijo la doctora.
-Poderes de hombres- dijo William con orgullo y egocentrismo.
Le di un pequeño golpe en el brazo de William mientras él se reía. Me detuve cuando empecé a escuchar los latidos de mis bebés. William dejó de reír cuando también lo escuchó. Lloré al escucharlo, eran unos de los sonidos mas hermosos que había escuchado en mi vida.
-A que es hermoso -dijo la doctora con una sonrisa.
Asentí con la cabeza. Después de un rato mirando la pantalla, nos despedimos de la doctora. Salimos del hospital e íbamos de camino al campus. Mientras caminábamos, me sentía un poco extraña.
-Vamos a tener gemelos -sonrió William
-No me esperaba tener dos pequeños enanos.
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Enamorada De Un Acosador
Storie breviCuando Rebecca comienza a ser acosada por whatsapp, el miedo invade su vida. Su único objetivo es descubrir quien es su acosador. Pero a medida que los acosos comienzan a intensificarse, Rebecca se da cuenta de que en su interior comienzan a alberga...